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25 de Febrero de 2021

“Tenemos que conseguir que Chile se vaya transformando”

El ex rector de la Universidad de Valparaíso criticó a quienes ven los derechos como la educación y a la salud solo con un afán de lucro.

Por Gabriela Romo
Agustín Squella El premio nacional de Humanidades y Ciencias Sociales busca representar en la redacción de la Constitución a la comunas de Concón, Viña del Mar y Valparaíso, entre otras. (Foto: @SquellaAgustin)
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Agustín Squella es abogado y periodista. Fue rector de la Universidad de Valparaíso, premio nacional de Humanidades y Ciencias Sociales el 2009 y asesor cultural del gobierno de Ricardo Lagos. Hoy se prepara para enfrentar un nuevo desafío: ser elegido como constituyente del distrito 7.

De manera independiente, pero apoyado por el Partido Liberal, Agustín Squella busca “escuchar, conversar y representar” a los habitantes que pertenecen a las comunas de Concón, Viña del Mar, Valparaíso, Algarrobo, El Quisco, El Tabo, Cartagena, San Antonio, Santo Domingo, Isla de Pascua y Juan Fernández, “y ¿cómo no, después de estar enseñando filosofía y teoría del derecho por más de 50 años en una universidad porteña?”, se pregunta el destacado docente en conversación con EL DÍNAMO.

“La convención tampoco trabajará a puertas y ventanas cerradas: escuchará a la sociedad chilena en su conjunto por diferentes que sean las voces que surjan. Tenemos que conseguir que Chile se vaya transformando este año en un gran coloquio constitucional”, indica Squella.

Indeclinables en la nueva Constitución

“En el caso de los derechos sociales, espero que se los declare y garantice, y que antes, en las primeras disposiciones de la nueva Carta Fundamental, se anticipe que Chile se constituye como un Estado social y democrático de derecho, donde la palabra ‘social’ anticipe la presencia de los derechos sociales y el carácter solidario y protector del Estado”, indica el abogado, académico e hincha de Wanderers.

“Un Estado subsidiario, como el que hemos tenido desde 1980, es como un Estado en la banca, un Estado reserva que no juega el partido y que está a la espera de alguna catástrofe natural o social para que entre al campo de juego”, explica metafóricamente.

“El Estado debe ser titular y jugar siempre, sin hacer fouls, por supuesto, y respetando las libertades de los demás jugadores que se desplazan por la cancha. El Estado puede comportarse tanto como un ogro amenazante o un protector eficiente y cercano. La nueva Constitución tendrá que llevar las cosas en la segunda de esas direcciones”, enfatiza el ex rector de la Universidad de Valparaíso.

El lucro en los derechos fundamentales

En relación a que derechos, como la educación y a la salud, se han transformado en una oportunidad de negocio, Agustín Squella señala que “esta situación me parece mal, muy mal porque estos derechos fundamentales son ante todo una responsabilidad estatal, lo cual no quiere decir que iniciativas privadas no puedan colaborar también en esa satisfacción. Pero otra cosa es que la dictadura haya hecho de la satisfacción de algunos derechos, como es muy claro en el caso de la previsión, de las Isapres y de tantísimas universidades privadas, una oportunidad de negocios más para inversionistas que, como tales, se mueven por el afán de lucro y no por el servicio que se espera de ellos”.

“No tengo nada contra los negocios y que quienes los hacen obtengan para sí beneficios materiales, ¿pero puede ser ese el caso de la salud, de la previsión, de la educación?”, plantea el docente.

“Sin solidaridad estamos fritos”

En medio del debate sobre cuál sería un sistema ideal de cotizaciones para el país, Agustín Squella es enfático en señalar que sería “un sistema mixto que combinara cotizaciones individuales de los trabajadores, aportes de los empleadores y aportes estatales, administrado por un organismo de carácter independiente y público y que introdujera suficiente solidaridad entre los beneficiarios del sistema”.

“Sin solidaridad estamos fritos. Todos propendemos al individualismo, a ese egoísmo posesivo de nuestros días, pero vivimos en sociedad y eso nos exige ocuparnos de los demás, de esos ‘otros’ que de muy distintas maneras hacen parte de nuestra vida y nos ayudan en el esfuerzo de hacerla una vida buena, una vida digna de ser vivida, y para todo eso necesitamos redescubrir y ejercitar el valor de la fraternidad”, agrega el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales.

 

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