Chile bate su propio récord en fiestas clandestinas durante la pandemia
Entre enero y marzo se registraron 114 eventos sociales, equivalente al 49% de todos los eventos desde el inicio de la emergencia sanitaria.
Los vecinos han jugado un rol clave al denunciar las fiestas clandestinas (Agencia UNO).
Los chilenos le perdieron el miedo a la pandemia y esto queda en evidencia con el comportamiento del primer trimestre de 2021, en el que muchos no han respetado la emergencia sanitaria y realizado fiestas clandestinas.
De acuerdo a las cifras entregadas por el director nacional de Orden y Seguridad, general inspector, Esteban Díaz, entre enero y la primera semana de marzo se detectaron 114 fiestas clandestinas, equivalente al 49% de los eventos sociales desde el inicio de la pandemia, el 19 de marzo de 2019.
Situación similar ocurre con los detenidos por participar en este tipo de eventos o “reuniones sociales”, pues el 45% fue aprehendido en la temporada estival. Por lo mismo, el Gobierno lanzó la campaña “No quiero tu carrete” para frenarlas.
“Sólo durante el último fin de semana debimos intervenir en 14 fiestas clandestinas, con 146 detenidos. Además de carabineros, somos chilenos, y estas cifras nos duelen y nos deben avergonzar como país. Es un comportamiento irresponsable e indolente con las miles de familias que han perdido a sus seres queridos a causa de este virus”, dijo el general Díaz.
Respecto a lo anterior, el uniformado complementó que las cifras del 2021 superan con creces a lo ocurrido en 2020, donde el peak de reuniones sociales no autorizadas fueron 25 entre el periodo septiembre-diciembre.
Fiestas clandestinas en Cachagua
Las reuniones sociales han causado gran indignación a nivel nacional, debido al nulo respeto que algunos han tenido con las normas establecidas por la autoridad. Una de las más criticadas, sin dudas, fue la celebración en Cachagua, organizada por Samuel Israel, entre el 31 de diciembre y 2 de enero.
Sobre esto, el piloto de rally se mostró arrepentido y en entrevista con revista “El Sábado”, de El Mercurio, aseguró que “no era una fiesta, era una junta de amigos. O sea, nunca se vendieron entradas, nunca se publicó nada, nunca se vendió alcohol, respetamos todas las normas sanitarias, respetamos también el toque de queda. Fue una junta con mi gente conocida”.
