Italia bajó su expectativa de vida por casi un año debido a la pandemia
El COVID-19 impactó duramente a la población más vulnerable del país europeo, borrando los avances de esperanza de vida logrados en los últimos años.
El coronavirus borró los avances conseguidos por el país europeo en la última década. (Agencia Uno/Archivo)
El impacto de la pandemia del coronavirus en Italia golpeó duramente la cifra de expectativa de vida que mantenía el país europeo, la que retrocedió en casi un año debido a las miles de muertes asociadas al COVID-19, especialmente en los adultos mayores.
La agencia estadística estatal Istat entregó durante este miércoles un informe que evaluó los efectos globales del SARS-CoV-2 en la sociedad italiana, planteando su preocupación por la caída en la esperanza de vida que mantenían los ciudadanos, la que hasta hace algunos años se observaba con una amplia longevidad.
Según lo informado por La Repubblica, la expectativa de vida al nacer en Italia llegó a los 82,3 años en 2020, bajando de los 83,2 años que se alcanzaron en 2019, alcanzando un descenso de casi un año. En 2010, el índice alcanzaba los 81,7 años, marcando alzas durante toda la década.
“Los indicadores han registrado impactos particularmente violentos sobre algunos avances logrados en diez años en salud, los que fueron borrados en apenas un año. Este descenso aún no ha terminado y tomará tiempo recuperarse”, señaló el reporte oficial.
El instituto estadístico también planteó que las brechas entre el norte (la zona más rica) y el sur (la más pobre) del país se profundizaron durante la pandemia, especialmente en los índices de bienestar y satisfacción.
Italia está en un momento expectante frente a la pandemia, ya que volvió a subir en sus cifras de contagios. Para ello, el gobierno definió establecer confinamientos estrictos durante el fin de semana, para así no llegar a un nuevo cierre total.
El país es el más afectado con el COVID-19 dentro de la Unión Europea (UE) con más de 3 millones de contagios y 100 mil muertos. Una de sus principales dificultades ha sido el lento proceso de vacunación, el que está afectando a casi todos los países del Viejo Continente.
