La mujer como agente de cambio en la ciencia
Las niñas y jóvenes que quieran entrar en este mundo, incluso a las que ni siquiera lo han pensado, deben saber que pueden desarrollar ideas nuevas, movilizar equipos de trabajo y dirigir sus propias empresas aquí y en cualquier parte del mundo.
Francia Navarrete es COO Protera, Premio Inspiratec 2020
Demostrar que las mujeres podemos ser líderes en la ciencia y la tecnología en nuestro país es una de mis inspiraciones para seguir este camino. Ser parte del cambio social y cambiar las reglas del juego fue una motivación para reafirmar mi decisión de estudiar Biotecnología.
Pero no es fácil llegar a desarrollar una profesión, una pasión como ésta, si desde niñas los estereotipos nos dicen que nuestras capacidades no se relacionan con áreas como tecnología, ciencias, ingeniería o computación.
De acuerdo a la Revista Science de 2017, debido a los estereotipos las niñas comienzan a autopercibirse como menos brillantes o inteligentes que los niños desde los seis años de edad, particularmente en el área de las matemáticas, lo que repercutirá en sus decisiones a futuro.
Menos del 30% de los investigadores del mundo son mujeres y alrededor del 30% de todas las estudiantes escogen estudios superiores dentro del campo de las ciencias, la tecnología, la ingeniería y matemáticas (STEM), según la Unesco. Así, respecto a los países de la OCDE, Chile está dentro de aquellos con menos participación de mujeres en esas carreras, con sólo un 34%.
A eso hay que agregar que, actualmente, la CEPAL ha evidenciado que la pandemia del COVID-19 provocó un retroceso de más de una década en los niveles de participación laboral de las mujeres en la región, debido a su salida de la fuerza laboral por tener que atender sus hogares.
Sin embargo, según un estudio reciente de CLAPES UC, si se recuperara la ocupación femenina durante esta crisis y se acortara la brecha con el promedio de la OCDE, ellas podrían aportar al PIB nacional hasta US$27 mil millones.
El empoderamiento de las mujeres estimula la productividad y el crecimiento económico, según ha demostrado la ONU. La equidad de género atrae talentos y un mejor ambiente laboral en las organizaciones, al mismo tiempo que al estar en las directivas mejora el desempeño de las compañías.
Cuando me han preguntado si ha sido difícil ser mujer en el mundo de la ciencia y los negocios, pienso que, al contrario, ser mujer hoy en día es una ventaja si se tienen el conocimiento y el mérito, dado que existe una gran fuerza social puesta en equilibrar la balanza. Emprendimientos liderados por mujeres cuentan con mayores beneficios de fondos estatales, a la vez que en el levantamiento de capital privado resalta la presencia femenina, haciendo que una startup sea más memorable en comparación a su competencia. Lo que hace falta es tener confianza y seguridad en que estamos igual de preparadas que cualquiera para un mismo propósito.
Mi decisión de seguir una carrera científica aplicada, fue principalmente porque desde niña me interesaba todo lo que estaba pasando con el cambio climático y la escasez de recursos, y busqué una forma de hacer algo por la sociedad para remediarlo. Y cuando descubrí, además, la posibilidad de hacerlo a través de un emprendimiento, todo tuvo sentido. Es lo que estamos logrando con Protera, mejorando la calidad de los alimentos gracias a proteínas creadas con inteligencia artificial que nosotros mismos desarrollamos.
Ha sido un tremendo aprendizaje entender que se puede pensar en grande y expandir nuestras ideas más allá de las fronteras. Muchas mujeres no se atreven porque no se sienten con el valor, las capacidades o la confianza de ejecutar una idea, apuntando en grande desde el primer momento.
Las niñas y jóvenes que quieran entrar en este mundo, incluso a las que ni siquiera lo han pensado, deben saber que pueden desarrollar ideas nuevas, movilizar equipos de trabajo y dirigir sus propias empresas aquí y en cualquier parte del mundo, creando e innovando a través de la ciencia y la tecnología.