El derecho a educación de estudiantes con autismo
Es importante que todos comencemos a tener una mirada más amplia, consciente, de no discriminación y que considere a las personas del Espectro Autista como sujetos de derecho, ya que un diagnóstico o condición no debe ser una barrera para que las personas logren una vida independiente.
José Sepúlveda es Jefe Autismo Fundación Mis Talentos
En los últimos años, el término Autismo o Espectro Autista se ha ido escuchando con mayor frecuencia a través de los medios, en el sistema educativo y en la sociedad en general. Esto no ha sido producto del azar, sino que coincide con el aumento de la prevalencia de dicha condición a nivel mundial, lo cual estaría explicado por diagnósticos cada vez más tempranos.
Esto último, ha permitido que dicho término sea percibido con otra mirada desde la población en general, cada vez con menos estereotipos al respecto. Sin embargo, aún siguen presentes muchos mitos en relación a las características de estas personas, que son tan diversas como todas y todos quienes formamos parte de la sociedad.
Recibir el diagnóstico o enterarse de la presencia de éste, genera en las familias el inicio de dudas y de un largo proceso que deben enfrentar en distintos ámbitos, por sobre todo en lo se refiere a la educación. Si bien, hay cada vez más estudiantes del Espectro Autista insertos en la educación regular, el sistema por sí mismo en muchos casos continúa siendo una barrera para las familias. Los mitos y prejuicios que aún persisten, la larga búsqueda de colegios que deben hacer los padres, los establecimientos que aún niegan matrícula, los Programas de Integración Escolar con cupos definidos, la falta de profesionales especialistas, entre otros factores, forman parte de la gran carga que deben enfrentar las familias y las personas del Espectro Autista desde etapas tempranas.
La presencia e inclusión de estos estudiantes en los establecimientos es un proceso cada vez más visible. Si bien aún existen desafíos pendientes en esta materia, así como más políticas públicas que permitan cobertura de necesidades, es posible observar de manera creciente prácticas educativas que son más pertinentes, considerando que estos estudiantes son un aporte dentro de la comunidad y pueden lograr desarrollar grandes capacidades en el ámbito académico cuando se consideran sus intereses y su estructura de funcionamiento, como con todos los estudiantes.
La inclusión no debe depender de la voluntad de un centro educativo o de un grupo de personas, ya que actualmente existen orientaciones a partir de normativas formales. Es un proceso que debe mirarse desde una perspectiva de derechos, ya que la educación debe ser accesible y pertinente para todas las personas y no un privilegio al cual se accede dependiendo de la situación económica de cada grupo familiar.
Al hablar de inclusión, debe haber un cambio de mirada real, sin basarse únicamente en un diagnóstico, sino que en las necesidades de apoyo que puede presentar cualquier estudiante, con o sin un diagnóstico o condición. Cuando los procesos educativos se centran en las necesidades de apoyo, las prácticas pueden ser útiles para todo un grupo o comunidad. Tener un grupo de estudiantes con características diversas genera un desafío positivo para las prácticas pedagógicas, ya que estas deben contemplar mayor cantidad y calidad de estrategias, para que todos puedan acceder a los aprendizajes y aumente su participación.
Se hace relevante que los establecimientos puedan considerar, dentro de sus prácticas de trabajo colaborativo, las opiniones de las familias y de las propias personas del Espectro Autista, como sujetos de derecho y como personas activas en sus procesos de aprendizaje, ya que permitirá apoyarlos en su plan de vida y puede ser útil como experiencia para futuros estudiantes.
Cuando las experiencias son positivas, las familias logran concretar sus proyectos, las comunidades educativas se abren a enriquecer sus prácticas, y las personas del Espectro Autista tienen mayores oportunidades para desarrollarse de manera integral como parte de la sociedad.
Las comunidades deben ser capaces de centrarse en sus fortalezas. La organización, la estructuración, entre otras, siempre serán algo positivo en los ambientes de aprendizaje. Además, cuando sea necesario trabajar aspectos como la flexibilidad, la tolerancia a los cambios inesperados, entre otras, es algo que puede resultar útil para todos los estudiantes, ya que son habilidades necesarias para vivir en sociedad.
Hoy, 2 de abril, que corresponde al Día Mundial del Autismo, es importante que todos comencemos a tener una mirada más amplia, consciente, de no discriminación y que considere a las personas del Espectro Autista como sujetos de derecho, ya que un diagnóstico o condición no debe ser una barrera para que las personas logren una vida independiente. Avanzar en esto, también contribuye al desarrollo de la sociedad en su conjunto.