Libertad condicional para madre del bebé sacrificado por Antares de la Luz
La Corte de Apelaciones de San Miguel concedió el beneficio a Natalia Guerra Jequier, condenada por el parricidio de su hijo recién nacido al interior de la secta de Colliguay.
La Corte de Apelaciones de San Miguel otorgó la libertad condicional a Natalia Guerra Jequier, madre del recién nacido que fue brutalmente asesinado por Ramón Castillo Gaete, líder de la Secta de Colliguay y también conocido como Antares de la Luz, la noche del 23 de noviembre de 2012, en Quilpué.
La diseñadora gráfica, quien fue condenada en 2017 a 5 años de presidio menor en su grado máximo y se mantuvo prófuga por dos años hasta que fue detenida por la PDI en una parcela ubicada en el sector Las Perdices, en Isla de Maipo, se encontraba internada en el Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín cumpliendo condena por el delito de parricidio.
Sin embargo, de acuerdo a lo informado por Radio Biobío, la Corte de Apelaciones ordenó que durante esta jornada se dictara su libertad inmediata. Como registra residencia en Pirque, deberá llevar a cabo su control reglamentario en el Centro de Apoyo para la Reinserción Social de Puente Alto.
Crimen a manos de Antares de la Luz
La agrupación liderada por Antares de la Luz fue descubierta hace nueve años, cuando se conocieron detalles del crimen del recién nacido, hijo de Natalia Guerra Jequier y Ramón Castillo Gaete, a quien consideraban como el “Lucifer”.
Este grupo realizaba rituales en los que se consumía ayahuasca desde, al menos, el año 2007. Era conformado por seis personas y estos integrantes aguardaban el “fin del mundo” que supuestamente profetizaba la cultura maya para 2012.
Durante ese tiempo, Antares de la Luz estableció un “culto a la personalidad”, lo que le permitió dominar las sus seguidores en cuanto a opiniones y actos. De hecho, ante ellos se presentaba como una suerte de “divinidad”.
Natalia Guerra Jequier quedó embarazada de Ramón Castillo Gaete, quien le señaló que el bebé en camino era el “anticristo” y, tras su nacimiento, ideó bestial plan: el niño, llamado Jesús Guerra Guerra, fue desnudado, amarrado de manos y pies, le pusieron un calcetín en su boca y fue entregado a Antares, quien lo lanzó vivo a una hoguera.
El hecho se llevó a cabo en el fundo Los Culenes, de Colliguay, en la comuna de Quilpué y quedó al descubierto tras una denuncia que llegó a la policía.