“Sin violencia, sin miedo”: vote en las primarias

En el voto se expresa uno de los principales atributos de la democracia: igualdad y participación. Al comienzo de nuestra vida independiente, el voto estaba reservado a los hombres con patrimonio,  y en la medida que la República fue madurando las barreras se fueron removiendo progresivamente con el voto a las mujeres, a los extranjeros residentes, a los chilenos residentes en el extranjero, la rebaja de la edad mínima para votar a los 18 años, etc. Junto con la ampliación del universo de ciudadanos, se mejoraron las reglas para evitar el cohecho y la manipulación de las votaciones con la finalidad de hacer del voto una real expresión de la voluntad ciudadana. Se logró con ello legitimar la institucionalidad mediante la cual seleccionamos a un grupo de ciudadanos para que nos representen en la decisión de asuntos que nos interesan a todos.

Mutamos después de un sistema de votación obligatoria con inscripción voluntaria a uno de sufragio voluntario con enrolamiento automático. Y la participación electoral se desplomó, fenómeno que los ríos de tinta que se han escrito al respecto correlacionan con la desafección con los políticos y su escuálido nivel de aprobación. Cierto es que poco se ha hecho para facilitar la participación electoral implementando el voto por correo, el voto adelantado y el uso de sistemas electrónicos como ocurre en otros países o simplemente liberando el transporte público en los días de votación. También es cierto que la motivación que parece animar a nuestros representantes es el propio interés por reelegirse más que el de nosotros sus mandantes, lo que se hace muy evidente en los años de elecciones en que se promueven iniciativas que son populares, pero muy poco juiciosas. Sin embargo, abstenerse de participar y no ejercer el derecho a votar no hace otra cosa que agudizar el problema.

En primer lugar, quien no vota delega en los que sí lo hacen su derecho a elegir.Y los que votan no piensan necesariamente parecido a uno, por lo que al abstenerme no sólo dejo que otros decidan por mí, sino que permito que otros decidan de una manera incluso contraria a mis preferencias.

Segundo, porque votar expresa nuestra libertad de elegir, de escoger lo que nos parece mejor para nosotros y el país. Y para ese discernimiento uno debería evaluar la oferta que cada candidato representa separando la paja del trigo en los siguientes ocho pasos:

1. Consignas o propuestas: su discurso se basa en la denuncia o en propuestas.

2. Deliberación o vociferación: invita al diálogo deliberativo entre todos o es más vociferante y autorreferente.

3.Aventura o gradualidad: ofrece una aventura sin itinerario ni presupuesto o hacer las cosas en forma gradual y sostenible.

4. Simplismo o responsabilidad: pregona que basta la voluntad de cambio o que las transformaciones de verdad se hacen en forma responsable.

5. Consistencia u oportunidad: su discurso es consistente o adaptado según el lado del que sopla el viento.

6. Tradición o refundación: ofrece avanzar desde lo ya construido o plantea una refundación como la que antes, irónicamente, simbolizó aquel muro en que se leía 1810-1973.

7. Demócrata o agnóstico: defiende la democracia y critica con convicción cuando se atenta contra ella o considera que la democracia es un instrumento burgués que permite hacerse del poder.

8. Gobernabilidad o revolución: convoca a la construcción de una gran mayoría moderada que le dé gobernabilidad al país o a una revolución que cambie el modelo causante de todos los males por otro incógnito.

En pocos días tendremos la oportunidad de participar en las elecciones primarias de candidatos a Presidente de la República. No la desperdicie ni permita que otros decidan por usted. Las personas libres son aquellas que son dueñas de su vida, pues la construyen con sus propias decisiones. Y sea selectivo. Es una época en que muchos se visten para la ocasión de socialdemócratas o propalan afirmaciones necias como asegurar que la pobreza es más sustentable que la riqueza.

La campaña del NO en el plebiscito del año 1988 alentó a la gente a votar con las frases que sirven de título a esta columna. Esta vez nuestro voto ha de ser expresión de No al miedo y No a la violencia. Expresión de la gran mayoría moderada de Chile que quiere un mejor país con políticos verdaderamente conectados a las necesidades más urgentes. Vote.