Michelle Bachelet pide el fin de los combates en Afganistán
Desde el 9 de julio han muerto más de 180 civiles y cerca de 1.200 han resultado heridos en las ciudades de Lashkargá, Kandahar, Herat y Kunduz.
La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, pidió este martes a los talibanes que pongan fin a sus combates en centros urbanos y alertó de las consecuencias del conflicto para la población civil de Afganistán.
“Sabemos que la guerra urbana deriva en multitud de civiles muertos. Lo hemos visto antes, demasiadas veces”, dijo Bachelet, quien agregó que su oficina recibió informaciones sobre violaciones que podrían equivaler a crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
También indicó que desde el 9 de julio han muerto más de 180 civiles y cerca de 1.200 han resultado heridos en las ciudades de Lashkargá, Kandahar, Herat y Kunduz. “Estas son sólo las víctimas civiles que se pudieron documentar, pero las cifras reales serán mucho más altas”, agregó.
“Las partes en conflicto deben detener los combates para evitar un mayor derramamiento de sangre. Los talibanes deben poner fin a sus operaciones militares en las ciudades. A menos que todas las partes vuelvan a la mesa de negociaciones y logren un acuerdo pacífico”, indicó Bachelet.
En este sentido, la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, pidió a todos los países que usen su influencia para lograr el fin de las hostilidades y explicó que “los estados tienen el deber de usar todo peso que tengan para reducir las tensiones e impulsar el proceso de paz”.
“Los combates deben terminar”, reiteró, después de que más de 240.000 personas se vieran desplazadas desde el inicio de la ofensiva talibán en mayo, según datos de la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA).
Bachelet sostuvo que la ofensiva de los talibanes en Afganistán contra estas ciudades “ha causado miedo y pánico entre la población” y que el surgimiento de milicias progubernamentales para hacer frente a la ofensiva de los insurgentes podría suponer un riesgo adicional para la población civil del país centroasiático.