Presencialidad: el desafío del retorno
Está instalado el debate del retorno a la presencialidad en un gran número de actividades formativas de educación y económicas. Respecto de la educación en etapas tempranas y desde la mirada del desarrollo integral, es esencial abordar el tema del retorno presencial involucrando a toda la comunidad educativa.
Cecilia Villalobos es Psicóloga. Coordinadora Proyecto Creciendo Juntos UST - JUNJI
Nuestro mundo cambió. Hemos vivido un contexto de retos y aprendizajes continuos con motivo de la pandemia. Las medidas sanitarias, como cuarentenas y aislamiento social, han sido una constante de este gran remezón para la humanidad y la vida cotidiana. Indudablemente, entre los grupos más afectados están los niños y niñas y sus familias. Esto, debido a que el empleo de los adultos, la actividad escolar, la convivencia y el mundo psicológico de las personas han sido determinados a coexistir dentro de los hogares.
Actualmente, está instalado el debate del retorno a la presencialidad en un gran número de actividades formativas de educación y económicas. Respecto de la educación en etapas tempranas y desde la mirada del desarrollo integral, es esencial abordar el tema del retorno presencial involucrando a toda la comunidad educativa.
De este modo, se favorece el desarrollo socioemocional de niños y niñas, en una experiencia inclusiva de grupos con elementos fundamentales para una convivencia y desarrollo saludables: la empatía, la cooperación y la posibilidad de aprender desde sus propios intereses, como el juego y la relación que establecen con su entorno.
Es válida la preocupación que sostienen padres y madres, respecto de la seguridad que pueda entregar el espacio educativo para sus hijos e hijas. En este sentido, padres, madres y líderes educativos comparten un rol de cooperación en cuanto a realizar un análisis continuo de riesgos y consideraciones epidemiológicas de las comunidades en las que se sitúan (Unesco, 2021), así como el rol de los estados continúa siendo el diseñar y aplicar planes para una apertura segura de las escuelas, como espacios que proporcionan condiciones para disminuir brechas en el acceso a la educación como derecho humano sostenible.