Australia renuncia a la estrategia “cero covid”: no es “sostenible”
El primer ministro Scott Morrison reconoció que la llegada de la variante delta del COVID-19 cambió el panorama, llevando el enfoque de cero contagios al límite.
El primer ministro de Australia, Scott Morrison, reconoció que su país deberá cambiar el enfoque de “cero covid” frente a la pandemia debido a los estragos provocados por la llegada de la variante delta del COVID-19, que obligó a confinar a las zonas más pobladas del país.
En una declaración entregada el 23 de agosto pasado, la autoridad admitió que la estrategia -que los mantuvo con una bajísima cantidad de casos y viviendo en la “normalidad” por varios meses- “no es una forma sostenible de vivir en este país”, por lo que se tomarán otras opciones.
Hasta antes de la llegada de delta la estrategia “cero covid” de Australia había resultado exitosa. Para el 25 de agosto el territorio australiano había registrado 39 muertes por coronavirus por millón de personas, en comparación con alrededor de 1.700 por millón en Europa. El rastreo temprano de los casos y los confinamientos estrictos pero breves permitieron que las medidas sanitarias rindieran sus frutos.
Pero la llegada de la nueva mutación del SARS-CoV-2 modificó todos los planes. A esto se sumó la presión de algunos sectores de la población, que protagonizaron violentas protestas en contra de las medidas restrictivas impuestas por el gobierno.
Según lo publicado por The Economist, la realidad de algunas ciudades como Melbourne -que acumula más de 200 días de cuarentena desde el inicio de la pandemia-, además de la mayor transmisibilidad de la variante delta, llevó a evaluar un plan para poner fin al plan de cero contagios y aceptar que los casos, y en menor medida las muertes, aumentarán.
La clave del término del “cero covid” pasará por la vacunación, la que en Australia aún está muy atrasada en comparación a Europa. Las autoridades creen que con el 80% de la población inmunizada se podrán bajar todas las restricciones.
La variante delta ha atacado a otros países que recurrieron a la misma estrategia como Vietnam y Nueva Zelanda. Estos últimos han anunciado que no renuciarán al “cero covid”, aunque han reconocido que ahora enfrentan un panorama mucho más complejo para frenar la propagación del virus.