Salud mental de los chilenos muestra leve mejoría tras desconfinamiento
La ACHS y la UC entregaron una nueva versión de su Termómetro de la Salud Mental, que afirmó que a pesar del fin de la cuarentena los niveles de síntomas asociados a la depresión se mantuvieron respecto a abril.
La baja en las cifras de contagio de COVID-19, con el consecuente desconfinamiento de prácticamente todas las regiones del país, están generando una leve mejoría en la salud mental de los chilenos.
Así lo definió la cuarta edición del “Termómetro de la Salud Mental en Chile”, que fue elaborado por la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) y el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica, y que a través de encuestas telefónicas a aproximadamente 1.300 personas -entre 21 y 68 años- conoció la realidad de las personas afectadas con el encierro generado por la crisis sanitaria.
En lo concreto, el estudio -que se desarrolló durante el mes de agosto- mostró que un 23,7% de los encuestados exhibieron síntomas asociados a una probable presencia o sospecha de problemas de salud mental, el número más bajo desde que se inició el estudio en julio de 2020.
Daniela Campos, jefa de Riesgos Psicosociales de la ACHS, afirmó que “podemos ver una mejora, asociada mayormente a no estar con restricciones de movimiento severas, como se dio en la encuesta de abril, donde después de un año de pandemia, se volvía a cuarentenas estrictas. Sin embargo, que más de un 20% de los encuestados sigan presentando síntomas de problemas de salud mental sigue siendo un número alto al que hay que ponerle atención”.
La experta señaló que en noviembre de 2020, cuando se realizó la segunda versión del análisis, también hubo un relajo en las restricciones sanitarias. Por aquel entonces -cuando más de 1 millón de personas aún seguía bajo cuarentena- un 26,7% dijo tener algún nivel de problema de salud mental.
“Durante el levantamiento actual, poco más de cien mil personas estaba bajo cuarentena, y la diferencia con noviembre del año pasado no es muy grande. Por lo tanto, sigue quedando en evidencia que estos son problemas que tenemos que trabajar como país pensando más allá de la pandemia”, precisó.
En cuanto a los factores de estrés para las personas, la preocupación por la posibilidad de contagiarse de COVID-19 mostró una fuerte caída, de 61,7% en abril a 36,7% en agosto. De acuerdo con la información entregada por los encuestados, la delincuencia fue el mayor factor estresor, con un 63,8%. El segundo lugar lo ocupó la situación económica de las personas, con un 49,6%. La posibilidad de perder el empleo se ubicó en el tercer lugar, con un 37%.
La prevalencia de problemas de salud mental bajó en todas las regiones de Chile. La zona sur, al igual que en todas las versiones del estudio, sigue siendo la que registra la menor cifra, con un 21%. Esta vez estuvo acompañada de la zona norte, con casi un 20%, bajando casi 20 puntos comparado con abril. La Región Metropolitana fue la zona con los mayores índices, llegando a un 25,9%, casi ocho puntos menos que la versión anterior.
Uno de los elementos que se correlacionan en mayor medida con salud mental es la situación laboral de las personas. En relación con ello, hubo un salto positivo en cuanto a cómo se sienten los chilenos en el trabajo. El 74,5% indicó que muchas veces o siempre se siente entusiasmado con su actividad, y un 40,1% que muchas veces o siempre siente que cuando están trabajando se olvidan de todo.
Estos factores fueron 16 y 12 puntos más altos que en julio de 2020, en el mes de mayor impacto económico negativo de la pandemia. Asimismo, el 75,2% dijo sentirse muchas veces o siempre satisfecho en su puesto de trabajo, un alza de 8 puntos en relación con julio de 2020. Sobre si su horario laboral le permitía mantener una vida personal acorde a sus deseos e intereses, un 59,9% dijo que pasaba muchas veces o casi siempre, casi 14 puntos más que en julio de 2020.
A pesar de estas buenas cifras, el 18,8% de los consultados reportó síntomas moderados o severos de depresión, un porcentaje comparable al 18,4% reportado en abril y 6 puntos más alto que noviembre de 2020 (cuando había menos restricciones sanitarias).
A través de todas las mediciones hechas desde el año pasado, las mujeres han mostrado mayor prevalencia de síntomas moderados o severos de depresión. Durante agosto llegaron a un 24,8%, 12 puntos más que los hombres. La proporción que presenta estos síntomas de depresión es menor en el grupo de los universitarios y mayor entre los menos educados.
Otros datos preocupantes son que los síntomas de depresión están asociados a un mayor consumo de alcohol de alto riesgo (4 puntos adicionales de depresión en relación con el consumo de bajo riesgo) y a un mayor sedentarismo (los síntomas de depresión son 9 puntos más prevalentes entre las personas sedentarias que en quienes realizan ejercicio).
Un 21% consideró sentirse en un estado de soledad, muy similar a lo arrojado en abril de este año y noviembre de 2020 (22% y 20%, respectivamente), siendo las personas entre 45 y 54 años las que se sienten más solas (25,8%). Geográficamente, el sur del país acumula la mayor prevalencia con un 25,9%; la Región Metropolitana es la única zona que tiene un número menor a 20% (16,6%).