Temas pendientes para un verdadero “18 seguro”
Debemos entender que como país tenemos varios temas pendientes que resolver para lograr un verdadero 18 seguro. Por ejemplo, el proyecto CATI que espera por más de 10 años a ser aprobado, o la misma Ley No Chat, que espera hace más de 7 años su votación en la sala del Senado.
Claudia Roríguez es Directora ONG No Chat. Presidenta del COSOC – Subsecretaria de Transportes
En los últimos días el Gobierno lanzó el plan “18 seguro”, que busca promover una celebración responsable de cara a las próximas Fiestas Patrias bajo el contexto de pandemia. La idea es controlar los casos de COVID-19 y evitar la llegada de una nueva ola liderada por la variante Delta.
Sin embargo, es necesario que nos detengamos y pongamos atención en la otra pandemia, vinculada a la violencia vial, problema que arrastramos hace años como país y que en estas fechas golpea con más fuerza. Las cifras son crudas: Carabineros de Chile informó que desde enero han ocurrido más de 42 mil siniestros viales en nuestras calles, falleciendo 927 personas.
Entre los años 2016 y 2020 se registraron 5.732 siniestros en período de Fiestas Patrias, donde 145 personas fallecieron y 3.828 tuvieron algún tipo de lesión, esta última cifra se desglosa en 572 lesiones graves, 268 menos graves y 2.988 leves. Para 2021 se estima que más de 300 mil vehículos saldrán de la Región Metropolitana, dado que la mayoría de las comunas están en fase 4.
Estas cifras hay que observarlas tomando en cuenta que la principal causa de siniestros viales en Chile es conducir no atento a las condiciones del tránsito, con más de 25.000 siniestros. Al mismo tiempo, la principal causa de fallecidos en las calles es el exceso de velocidad. Si a estas variantes sumamos conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas, se configura un escenario altamente preocupante, donde la probabilidad de ocasionar o ser víctima de un siniestro vial crece al 100 %.
Debemos ser conscientes de que el consumo de alcohol tiene una elevada prevalencia en la sociedad, afectando a personas independiente de su situación sociocultural, económica o territorial. El alcohol daña las funciones esenciales para una conducción segura, como visión, reflejos y concentración, alterando además el comportamiento y la capacidad de discernimiento. Incluso si se consume en cantidades pequeñas, el trago propicia conductas de riesgo vinculadas al exceso de velocidad, manejo desatento y reacciones violentas, aumentando las probabilidades de siniestros.
Con todos los antecedentes a la vista, debemos entender que como país tenemos varios temas pendientes que resolver para lograr un verdadero “18 seguro”. Por ejemplo, el proyecto CATI que espera por más de 10 años a ser aprobado, o la misma Ley No Chat, que espera hace más de 7 años su votación en la sala del Senado. Estas normativas resultan clave para abordar las principales causas de siniestros viales en Chile y su promulgación propiciaría una movilidad segura para todos en un contexto de respeto e internalización de las normas de convivencia vial.
Si las urgencias estuvieran bien puestas y la voluntad de los legisladores realmente existiera, podríamos avanzar en modificar conductas para que, en las próximas festividades y en nuestro día a día, podamos transitar en las calles de forma más segura. En el Congreso está la llave para terminar con la pandemia de la violencia vial