Cómo afectaría al precio del gas licuado la recomendación de la FNE
La entidad señaló que una mayor competitividad en el mercado, con el ingreso de nuevos actores en la distribución, beneficiaría a los consumidores.
La Fiscalía Nacional Económica (FNE) remeció el mercado energético al entregar una serie de recomendaciones para mejorar la competitividad de la distribución del gas natural y el gas licuado, las que incidirían directamente en los precios al consumidor.
La entidad entregó un informe que reveló una serie de problemas en el sector, que es dominado por las empresas Metrogas (gas natural), Gasco, Abastible y Lipigas (gas licuado). En el último caso, el estudio señaló que se observa “una baja intensidad competitiva y algunos factores estructurales que hacen que el riesgo de coordinación entre competidores sea alto”.
Entre estos factores se encuentran la homogeneidad del producto ofertado (cilindros), los altos índices de concentración entre los actores de la industria a nivel nacional y comunal, la simetría de sus participaciones de mercado, la estabilidad y marcada estacionalidad de la demanda, los múltiples puntos de contacto entre los competidores en las distintas etapas de la cadena de suministro y la nula entrada de nuevos distribuidores mayoristas.
Para corregir este problema, la FNE entregó algunas sugerencias que deberían ser aplicadas por el Gobierno. Entre ellas fomentar la competencia prohibiendo que las empresas de distribución mayorista de este producto (Gasco, Abastible y Lipigas) participen, ya sea directa o indirectamente, en la distribución minorista de gas licuado a los consumidores finales.
En la práctica, aquello permitiría que los distribuidores minoristas de gas licuado puedan vender cilindros de gas de cualquier marca sin estar “atado” a una compañía distribuidora mayorista, por lo que podrían elegir libremente a la empresa que les ofrezca un mejor precio.
Las variaciones en los precios
La FNE señaló que la aplicación de estas medidas llevaría a una baja considerable en el precio de los productos, especialmente en el caso del gas licuado.
Según el reporte, los márgenes de las distribuidoras mayoristas actuales “son sistemáticamente superiores” a los de finales del año 2014. “En efecto, y dependiendo del sub-canal de distribución, esta diferencia de márgenes, que no fue traspasada al precio del gas licuado fluctúa entre $136 y $272 por kilogramo para el caso del envasado, mientras que para el granel fluctúa entre $80 y $106 por kilogramo“, detalló.
Aunque el organismo señaló que no es posible calcular de forma exacta el impacto de estos márgenes en el precio final al consumidor, sí pudo estimar que con las correcciones de competitividad el precio debiera disminuir en alrededor de 15%.
Para el gas natural, en tanto, la Fiscalía detectó que una excepción contenida en la última reforma a la Ley de Servicios de Gas, de junio de 2017, permitió a Metrogas, a través de Agesa, una empresa integrada verticalmente y no sujeta a regulación, aumentar el costo de la prestación de su servicio de distribución de GN.
Ello se tradujo, desde febrero de 2017, en un aumento de entre 13% y 20% en el precio del gas natural residencial pagado por los clientes de Metrogas, equivalentes a entre US$ 78 y US$ 87 millones anuales.
Francisco Castañeda, director de la Escuela de Negocios de la Universidad Mayor, explicó a EL DINAMO que las recomendaciones de la FNE “buscan hacer mas competitivo el mercado del gas natural y del gas licuado”, lo que incidiría en el precio a los consumidores.
“En esencia, que no existan barreras a la entrada, que puedan entrar nuevos actores a competir, que no se impida la competencia a través de restricciones verticales, son todas medidas que impactan o van en beneficio del consumidor“, señaló.
El académico afirmó que, técnicamente, con el gas licuado se busca “acabar con las restricciones verticales de modo que los distribuidores minoristas puedan operar con más de un distribuidor mayorista, de modo que se estimule la competencia entre distribuidores mayoristas, dado que en los últimos años no entraron nuevos actores a este segmento“.
“Del mismo modo con los minoristas, al operar con más competencia, podrían atraer nuevos operadores a su segmento, compitiendo vía precios. Terminar con esta restricción vertical, es decir, la prohibición de que minoristas operen solo con un distribuidor mayorista, dinamizaría toda la competencia aguas abajo (downstream) en beneficio de los consumidores“, complementó.
Castañeda afirmó que la baja intensidad competitiva, pocos actores, probable coordinación en precios, rentas anormales en los últimos años (en desmedro de los consumidores) y los productos homogéneos serían elementos importantes para la transmisión de “tarifas más altas a los consumidores a través de costos de contratación artificialmente mas altos”.