63,8% de los objetores de conciencia frente al aborto en tres causales son mujeres
Un estudio de la Universidad de Chile mostró que entre los profesionales ginecobstetras el 19% objeta ante peligro de vida de la madre, 27,6% por inviabilidad fetal y un 49% lo hace en casos de violación.
Un estudio desarrollado por la Universidad de Chile indagó en las barreras que enfrentan las mujeres a la hora de acceder al aborto en tres causales, apuntando -entre otras materias- a los profesionales ginecobstetras objetores de conciencia.
El análisis, que fue liderado por Adela Montero, directora del Centro de Medicina Reproductiva y Desarrollo Integral del Adolescente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, se elaboró con antecedentes de 57 hospitales públicos, con un total de 4.378 funcionarios que podrían objetar en conciencia, pues la ley permite que lo haga el médico requerido para realizar el procedimiento y el personal sanitario que se desempeñe al interior del pabellón.
“Para ese total de contratados, el 12,7% objeta en la primera causal, como es peligro de vida de la madre; el 17% en la segunda, sobre inviabilidad fetal de carácter letal; y un 25,7% en la tercera, es decir, embarazo por violación. Si solo se analizan los datos de los profesionales ginecobstetras, el 19% objeta en la primera causal, el 27,6% en la segunda, y el 49% en la tercera”, señaló la especialista.
De todos los recintos asistenciales incluidos en el estudio, 21 de ellos entregaron datos desagregados de los objetores como edad, género y nacionalidad, los que se detallan en los formularios.
“Lo que encontramos fue que en esos 21 hospitales públicos hay 443 objetores de conciencia en total; el 54% objeta en primera causal, el 68% en la segunda y el 94% en la tercera. El 49,9% objeta en todas las causales”, afirmó.
Montero resaltó que del total de profesionales de la salud objetores, un 63,8% corresponde a mujeres.
“Entre los médicos ginecobstetras, el 38% son mujeres y el 62% hombres, así como entre los anestesistas el 43% son mujeres y el 56% hombres. Es decir, los profesionales médicos corresponden en mayor proporción al género masculino. Pero esto cambia entre profesionales no médicos, porque allí el 88% son mujeres; y entre los Técnicos de Enfermería de Nivel Superior, el 95% son mujeres y solo el 4% ciento hombres. Sin duda, hay profesiones más feminizadas; sin embargo, respecto del género, se podría esperar que en ellas hubiera menor proporción de objetores, pero los datos no permiten deducir eso”, precisó.
Más allá de la situación de los objetores, la investigadoras señaló que durante estos años se han registrado menos casos de interrupción voluntaria del embarazo de lo esperado.
Se estimaban alrededor de 2.500 casos anuales en todas las causales, y que la mayoría fueran por la tercera, “pero en el período 2018 y 2020, de los datos que nosotros obtuvimos, contabilizamos un total de 2.207 casos”.
Para la docente, aquello se explicaría por las dificultades aún presentes en el acceso al procedimiento, especialmente por la causal de violación. “El riesgo cuando hay barreras o no se hace seguimiento para ver cómo está funcionando la implementación de la ley es que la mujer que no tenga acceso garantizado probablemente va a interrumpir el embarazo en condiciones inseguras”, manifestó.
El estudio mostró además que entre las 414 mujeres con embarazo por violación durante los tres años estudiados, el 15% tenía menos de 14 años (64 niñas); el 16% tenían entre 14 y 17 años (67 adolescentes) y el 68% tenían 18 y más años.