Incendios Forestales: más allá del cambio climático
Se tienen que extremar las medidas de prevención y seguir todas las recomendaciones que siempre dan los expertos, pero paralelamente es fundamental hacer un cambio más profundo y preguntarnos: ¿Qué está pasando con nuestro bosque nativo? ¿Qué estamos plantando y qué provoca en nuestro suelo? ¿Por qué se incendian cada año con más frecuencia? Claro que el cambio climático y la sequía han sido crueles, pero no es la única razón de este escenario.
Andrés González es Ingeniero comercial. Gerente General Desert King Chile
Comienza la temporada alta de incendios y las noticias no son alentadoras. Sólo en los últimos días, los principales siniestros forestales que afectan al sur del país han arrasado con más de 11 mil hectáreas, lo que deja un total de más de 22 mil hectáreas destruidas por el fuego desde julio de este año, cuatro veces más que 2020.
Las altas temperaturas en buena parte del territorio nacional, junto a la extrema sequía, nos muestran que será una temporada compleja para nuestro medio ambiente. Por supuesto que provoca mucha preocupación por el riesgo que corren las viviendas y personas, pero la pérdida y el daño a nuestro bosque también es algo peligroso que no debemos olvidar.
Se tienen que extremar las medidas de prevención y seguir todas las recomendaciones que siempre dan los expertos, pero paralelamente es fundamental hacer un cambio más profundo y preguntarnos: ¿Qué está pasando con nuestro bosque nativo? ¿Qué estamos plantando y qué provoca en nuestro suelo? ¿Por qué se incendian cada año con más frecuencia? Claro que el cambio climático y la sequía han sido crueles, pero no es la única razón de este escenario.
Hoy en Chile predomina un modelo forestal, basado en especies introducidas que absorben muchos nutrientes del suelo, son poco tolerantes al fuego, prenden fácilmente.
Creemos profundamente en la necesidad de educar con respecto a este tema, conocer para querer nuestro bosque esclerófilo, parte del patrimonio natural de Chile, y por qué no, fomentar las plantaciones de árboles como el Quillay, especie endémica con múltiples externalidades positivas, no sólo para la naturaleza, sino que también para la economía y sociedad.
Nuestro amor y respeto al bosque nos entrega la obligación moral de compartir el conocimiento que tenemos de él, aportar en la educación e información, así cuando más conocemos y queremos nuestro patrimonio, más lo cuidamos, y, como es sabido, la totalidad de los incendios forestales en Chile son provocados por el ser humano.