Acuerdo de Escazú: RN se abre a estudiar proyecto y Republicanos adelantan rechazo
La oposición pidió esclarecer “dudas y aprensiones” de la iniciativa firmada por el presidente Gabriel Boric, la que deberá ser revisada por el Congreso Nacional.
La oposición pidió al Gobierno esclarecer las “dudas y aprensiones” sobre el proyecto para la aprobación del Acuerdo de Escazú, el que fue firmado durante este viernes por el presidente Gabriel Boric.
La iniciativa, que había sido rechazada por el gobierno anterior, pretende garantizar el acceso a diversos derechos ambientales, apuntando, entre otros elementos, a la protección de los activistas medioambientales.
Desde Renovación Nacional (RN), el diputado Andrés Longton expresó que “este es un importante tratado internacional que busca fortalecer los principios de transparencia, acceso a la justicia y mayor participación en materias medioambientales”.
“Pero también hay ciertas ambigüedades que es necesario clarificar. Para eso estamos dispuestos a colaborar y despejar así las dudas que permitan su aprobación y que Chile así se integre a él”, añadió.
El también diputado José Miguel Castro agregó que “hay que tener en consideración que distintos juristas nos han dicho que independiente que Chile haya empujado desde un principio, el Tratado puede llevarnos a controversias o cortes como La Haya, en el caso de Perú o Bolivia”.
“Por eso, hay que tomar en consideración esto. Si él lo hizo, fantástico, tendrá nuestro apoyo, pero si se producen estas controversias, quién será juzgado el día de mañana será el presidente Boric. Yo espero que sigamos avanzando y manteniendo la delantera en términos medioambientales, como lo hemos hecho hasta ahora”, complementó.
El rechazo de Republicanos
Una postura diferente a la de RN -que al menos se mostró dispuesta a “estudiar” el tratado- fue la que tomó el Partido Republicano (PLR), que adelantó su rechazo a la iniciativa.
El diputado e integrante de la comisión de medioambiente, José Carlos Meza, planteó que “Chile no necesita firmar Escazú, este es un tratado ambiguo que el abrirá la puerta a activistas extranjeros para que se inmiscuyan en nuestro asuntos internos. Cede nuestra soberanía a través de estas normas bastante imprecisas”.
“Escazú es la forma que ha encontrado la izquierda internacional para también meter su odiosidad en nuestro país, a través del medio ambiente”, añadió el legislador.