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17 de Noviembre de 2010

Dos goles y una bandera gigante: los regalos de despedida.

 

Chile superó sin inconvenientes al cuarto lugar en el último Mundial. Presionó, corrió ordenado y por momentos pareció muy superior. Pero todo eso importó poco. El protagonista fue otro. Uno que no corrió, no presionó y tampoco anotó alguno de los goles. El protagonista fue, por última vez, Marcelo Bielsa.

 

Por José Antonio Giordano
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Chile superó sin inconvenientes al cuarto lugar en el último Mundial. Presionó, corrió ordenado y por momentos pareció muy superior. Pero todo eso importó poco. El protagonista fue otro. Uno que no corrió, no presionó y tampoco anotó alguno de los goles. El protagonista fue, por última vez, Marcelo Bielsa.

 

Se sabía que era un partido especial. Su despedida de la selección chilena había dejado de lado casi todos los aspectos futbolísticos en la previa del partido entre Chile y Uruguay. Y, así mismo, los momentos más emotivos de la noche en el Estadio Monumental fueron los que rodearon al DT rosarino.

 

Una vez que los equipos ya estaban en la cancha, todas las miradas y flashes se fueron con Bielsa. Con los equipos ya formados para comenzar, un grupo de hinchas recorrió la cancha con una bandera gigante que rezaba “Don Marcelo Bielsa, Chile le agradece”, mientras el técnico saludaba al público agradeciendo el gesto.

 

Luego, los mismos hinchas enrollaron la bandera y se la entregaron de regalo a Bielsa. En las tribunas, sólo se escuchaban cánticos en contra de Jorge Segovia.

 

Hasta que empezó el partido. La primera media hora fue dominada por Chile. Atacando sobre todo por la izquierda, con Arturo Vidal y Fabián Orellana, la “Roja” llegaba bastante al arco de Muslera, pero sin mucho peligro. Hasta el minuto 39′, en que Alexis Sánchez recibió un pase en profundidad de Mauricio Isla, giró, amagó a Fucile y a Lugano para luego fusilar al portero uruguayo.

 

En el segundo tiempo, Chile siguió ocupando las bandas, pero esta vez la batuta la llevó por la derecha Alexis Sánchez, quien, acompañado de un Orellana que no tuvo problemas en ponerse el traje de armador, generaron más de un dolor de cabeza a la defensa “Charrúa”.

 

A los 75′, Vidal probó de distancia y aprovechó otra floja reacción de Muslera: 2-0, merecido, e inmediatamente empezaron los “Ohh, Bielsa no se va” y “Los chilenos jamás te olvidarán”.

 

Dos a cero. Amistoso y todo, un muy buen triunfo. Quedará sólo como un detalle en una despedida que nadie quería.

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