El Día del joven inconsecuente
Resulta inconsecuente que estos “jóvenes”, que se autodenominan como combatientes y que bajo la impunidad de la masa y el rostro cubierto, se permitan arremeter una y otra vez contra los símbolos del modelo, y que lo hagan sin considerar que gracias a este o a pesar de éste, han podido comprar los celulares que utilizan en sus “marchas pacíficas”.
Aunque todos pecamos o hemos pecado en algún momento de decir algo totalmente distinto de lo que hacemos, los que sin duda, merecen el premio a la inconsecuencia, en el supuesto que este existiera, son los “jóvenes” – algunos harto mayorcitos – que bajo cualquier pretexto, se reúnen para violentar bienes públicos y privados.
Resulta inconsecuente que estos “jóvenes”, que se autodenominan como combatientes y que bajo la impunidad de la masa y el rostro cubierto, que es el signo que caracteriza a los cobardes, se permitan arremeter una y otra vez contra los símbolos del modelo, y que lo hagan sin considerar que gracias a este o a pesar de éste, han podido comprar las zapatillas y los celulares que utilizan en sus “marchas pacíficas”
Es tanto el resentimiento, la envidia, la odiosidad, y la banalidad con que han actuado desde octubre del año 2019, causando un perjuicio irreparable a nuestra economía, y haciendo de Chile un país cada vez más pobre, que sus discursos panfletarios de solidaridad e igualdad, del mismo modo que las proclamas de algunos constituyentes, ni siquiera provocan rabia por lo inconsecuente que resultan, sino que hilaridad, o simplemente escozor y la mayoría de las veces, vergüenza ajena.
Cómo no avergonzarse de quienes gozando de las prebendas del imperio, manifiestan al mismo tiempo y a viva voz que detestan su modelo, al que luego de calificar de injusto y desigual, plantean reemplazar por otro, que sería por lejos mucho más injusto y desigual. De hecho, y por si algunos de estos jóvenes combatientes y/o constituyentes leen esto, sería bueno que junto con revisar como opera la desigualdad y la concentración de la riqueza en China y Rusia, se den el tiempo de comparar como era la economía de Venezuela y también de Argentina, antes de que se impusiera el modelo populista que tanta admiración les provoca.
Lo que sí genera rabia y mucha, es constatar que la misma pasividad inexcusable que contra estos “combatientes” tuvo Piñera, se replica hoy con este gobierno. Con la diferencia y no poca, que la mayoría que votó por ellos, lo hicieron porque creyeron que sí tenían el control de estos energúmenos, y que estando en el poder, la cosa se controlaría. Pero parece que se equivocaron.
Termino finalmente esta columna con mi propia inconsecuencia, ya que siendo muy contrario a los modelos que los jóvenes en cuestión admiran, reconozco y quisiera para Chile el liderazgo que las autoridades de esos mismos países ejercen, contra todos los que actúan contra las fuerzas de orden y la seguridad pública. No les tiembla la mano para hacer uso de toda la fuerza que el Derecho les permite para garantizar la paz y la estabilidad social de sus ciudadanos. Remarco sí, y para que no se malentienda, que en ningún caso excuso o justifico la agresión que provocó Putin en Ucrania, la que precisamente atribuyo a lo que hasta acá cuestiono, que es la desidia con que se actúa normalmente contra los matones. En mi modesta opinión con ellos no solo no debe haber diálogo, sino que por el contrario el Estado o los países, según el caso, debe responderles siempre como un todo y con toda la fuerza que el Derecho autoriza. Nunca olvidemos que sin paz social no hay orden, que sin orden no hay libertad y que sin libertad más vale la muerte, ya que como le decía el Quijote a Sancho, ésta es un don que no puede igualarse con ningún tesoro, y que por ella así como por la honra, correspondía aventurarse la vida.