Mes del Orgullo: una oportunidad para promover mayor diversidad en las empresas
El gran reto que enfrentan hoy las empresas es cuidar los principios de diversidad e inclusión, sumarlos a los protocolos internos de la empresa y que las áreas de Recursos Humanos estén encargadas de velar por su cumplimiento.
Estamos conmemorando durante junio una nueva versión del Mes del Orgullo, creado para visibilizar la diversidad sexual que existe en nuestra sociedad e impulsar una mayor concientización en torno a su existencia.
Pese a los avances que hemos presenciado en los últimos años, aún siguen existiendo en distintas partes del mundo prácticas violentas y discriminatorias en contra de quienes se declaran parte del movimiento LGBTIQ+, y por eso creo importante que especialmente este mes, pero también de manera permanente, realicemos acciones concretas para evitar el trato diferente o la estigmatización hacia otras personas.
Y en ese sentido, las empresas y startups somos parte de los actores relevantes con que cuenta cada país para aportar con buenas prácticas en el posicionamiento de la diversidad como tema dentro de la agenda corporativa. Quienes lo hacemos recurrimos al mismo tiempo a la humildad, porque a pesar de las buenas intenciones que podamos tener para generar mayor respeto y la inclusión, somos conscientes de que muchas veces nuestra aproximación está vinculada al ensayo y el error.
Donde sí podemos aportar como sector privado es en los esfuerzos por enriquecer a nuestros equipos con trabajadores de distinta orientación e identidad sexual, intereses y puntos de vista a través de iniciativas concretas como, por ejemplo, los currículums ciegos, donde la persona más idónea para el cargo sea elegida privilegiando únicamente su capacidad profesional. También podemos destinar tiempo a conocer mejor a quienes forman parte de nuestro día a día fomentando espacios de interacción y diálogo donde el respeto por el otro sea un principio fundamental.
Implementar medidas en pos de esto no sólo beneficia a la empresa, sino a la sociedad por completo. Un estudio realizado en 2020 por la consultora McKinsey denominado “Diversity matters: Latin America”, así lo demuestra: en empresas latinoamericanas donde se incorporaron programas de diversidad e inclusión el impacto fue notorio, porque las compañías inclusivas son más innovadoras, colaborativas y rentables que aquellas que no tienen estos conceptos dentro de sus prioridades.
Además, la inclusión corporativa tiene otros beneficios como el aumento de ideas y experiencias, las que pueden ser muy importantes si la empresa trabaja en la atención a público o cuenta con un gran número de clientes. Tener dentro de los equipos a personas con diferentes competencias, realidades y enfoques nos permite comprender mejor a nuestros consumidores y a largo plazo, vernos favorecidos gracias a visiones integrales y mejor fundamentadas que aquellas que se dan entre grupos homogéneos.
Por eso, el gran reto que enfrentan hoy en día las empresas es cuidar los principios de diversidad e inclusión, sumarlos a los protocolos internos de la empresa y que las áreas de Recursos Humanos estén encargadas de velar por su cumplimiento, sólo así lo que propone el Mes de Orgullo dejará de ser algo que recordar año a año y en cambio, será parte de una práctica constante e internalizada en el sector privado.
Nicolás Vilela,
emprendedor