Calama: militar es condenado por torturas tras abandonar a detenidos en el desierto durante pandemia
El conductor de una patrulla militar abandonó a ocho personas en el desierto, a quienes ordenó huir mientras simulaba cargar su arma de fuego para dispararles por la espalda.
El Tribunal Oral en lo Penal de Calama condenó a cuatro años de presidio al efectivo del Ejército, José Andrés Cuevas Meliñir, como autor del delito de tortura. El delito fue perpetrado durante la madrugada del 18 de abril del 2020.
De acuerdo a lo acreditado en el juicio por el fiscal jefe Cristian Aliaga Ayarza, se comprobó que la noche del 17 de abril del 2020, en medio del estado de excepción que regía en todo el país con motivo de la crisis sanitaria por por Covid-19, la patrulla del Ejército a cargo del comandante de escuadra de la Primera Sección de Calama M.E.Z.M. detuvieron a ocho civiles y los subieron a la fuerza a un camión militar, donde los obligaron a arrodillarse en el suelo del vehículo, debiendo tener las manos sobre sus cabezas y a mirar hacia el piso.
La patrulla llevó a los detenidos a la Primera Comisaría de Calama, donde el policía a cargo del procedimiento, ordenó que fueran a constatar lesiones. Para ello, acusado, conductor del vehículo militar, acató la instrucción de cumplir con la diligencia de llevar a los detenidos al Hospital de Calama Carlos Cisternas y luego dejarlos “por ahí”.
Tras ello, el acusado acató la instrucción de conducir a los detenidos a constatar lesiones y luego los dejó abandonados en un sector indeterminado, ubicado a 25 minutos de Calama, en la ruta que une la ciudad con el Poblado de Chiu-Chiu, en donde se desvió unos 600 metros hacia el interior del desierto.
Al detenerse el camión, los funcionarios de la patrulla, por orden del acusado, desembarcaron forzadamente a los civiles, instante en que el acusado les advirtió a los detenidos que tenía tiros en su arma de servicio, para inmediatamente contar los tiempos, para instarlos a huir, mientras simulaba la preparación de su arma de fuego. En ese momento, los detenidos, asustados por la amenaza, salieron corriendo del lugar en diversas direcciones.
Sucedido este hecho, el personal militar abordó el camión y se retiró del lugar rumbo a la Primera Comisaría de Calama, dejando abandonados a los detenidos durante la noche en el desierto.