Los dos flancos de la reforma tributaria de Boric que podrían afectar la economía chilena
El experto tributario Christian Aste cuestiona la reforma anunciada por el ministro de Hacienda, Mario Marcel, porque, a su juicio, cree que afectarían la inversión en el país y los ahorros de las personas. Dice que gravar a los super ricos solo terminaría traspasando el costo al resto de la población.
Luego del anuncio de la reforma tributaria hecha por el Gobierno, el abogado tributario, Christian Aste, cuestiona las medidas anunciadas por el ministro Marcel. Según Aste, los principales efectos de la reforma, que apuntan a aumentar los impuestos para el 3% más rico de la población, se sentirían por todo el resto de la sociedad y tendrían como resultado el desincentivar la inversión en el país y los futuros emprendimientos.
“La reforma tributaria afecta mucho el ahorro y la inversión. Va a generar un freno al crecimiento económico que se basa en el ahorro y la inversión, porque cuando estableces un impuesto como el que se propone a las utilidades que están acumuladas en las empresas y están en definitivas invertidas en activos que están produciendo renta, invertidos en el mercado de capitales o el inmobiliario; eso es pegarle a la vena al patrimonio de la compañía, porque es plata que está invertida, no es utilidad”, afirma el especialista tributario, quien cree que la forma en la que está planteada la reforma afectará el corazón productivo de la economía nacional.
“Castigo a las empresas”
Además, el experto cree que el impuesto al patrimonio no es la mejor manera de buscar una redistribución de la riqueza, sino una forma de castigo para las empresas que invierten en sus ganancias en la economía local, generando nuevos puestos de trabajo. “No es que estés gravando la utilidad o la riqueza que uno genera en el año, que es lo que ocurre con el impuesto a la renta, que grava la mayor utilidad que uno tiene. Por lo tanto, evidentemente, eso afecta las expectativas de la compañía, afecta el crecimiento, porque en definitiva se castiga al que ha hecho bien la pega, al que ha ahorrado, al que ha invertido en su negocio, sea su negocio productivo o en el mercado financiero. Porque las platas que están invertidas permiten que puedan prestar a un interés más bajo. Y si están invertido en los activos inmobiliarios, eso ha dado trabajo, porque se han construido propiedades, oficinas, etc. Es el círculo virtuoso de la economía, en consecuencia, es una mala forma la que apunta a gravar el patrimonio”.
Usted decía que esto afecta a las empresas, pero según Hacienda, las empresas podrán reducir la tasa del 27% al 25% si es que reinvierten dentro de las utilidades. ¿Por qué sería eso malo?
Porque la tasa hoy es de un 27%. Y esa tasa la pueden acreditar, es decir, rebajar contra los impuestos finales que pagan. Con la norma nueva se desintegra el sistema, por lo tanto, el impuesto que paga la empresa que es un 27% como regla general, y la opción de pagar una parte de ese impuesto, que es un 2% en la forma en que la propia ley señala. Ahora, todo lo que pague no va a poder ser acreditado por el dueño contra los impuestos finales. Entonces, se da la paradoja de que la persona que asume los riesgos y que hace el emprendimiento y que da trabajo, termina pagando muchos más impuestos que aquella persona que es funcionaria, por ejemplo, de Hacienda. Un funcionario del Estado, por la misma riqueza, paga menos de la mitad de lo que paga un emprendedor. Y bajo este sistema va a pagar mucho más el emprendedor de lo que paga ahora. Entonces, es una norma injusta.
“Ese impuesto al más rico lo termina sufriendo el más pobre”
Según Aste, aumentar los impuestos a los super ricos impone una traba en el punto más básico de la economía y la noción de que esta es una forma de redistribuir la riqueza no es más que una idea mal presentada, porque el costo que pagarían quienes recibirían el aumento de tributos terminaría siendo costeado por lo quienes tienen menos. “Los impuestos siempre se trasladan y uno funciona dentro del sistema, no fuera de él. Pongamos el ejemplo de una empresa minera. Si ponen trabas al desarrollo de esos proyectos de inversión, esos proyectos no se van a hacer y no van a contratar personas. Si no se contratan personas, esas personas no van a tener recursos para financiar sus gastos personales ni su consumo”, afirma.
-En la desde Hacienda afirmaron que este impuesto solo apuntará al 3% de mayores ingresos.
-Está comprobado que cuando uno grava a los super ricos, lo que pasa es que dejan de tributar en el país. Se ha demostrado en Alemania, Holanda y en Francia, donde el impuesto se eliminó el año 2017 luego de perder más de 200 mil millones de euros. Hubo personajes reconocidos de la economía francesa que emigraron de Francia. Y por lo tanto toda esa plata que dejó de percibir Francia por los capitales que emigraron no se condice con lo que logró recaudar, que además es muy poca, porque recauda menos del 0,3% del PIB en los países OCDE donde se aplicó. Todos los países donde se aplicaba dejaron de hacerlo. Entonces es una muy mala fórmula, porque se supone que lo que los países buscan o debiesen buscar es atraer capitales, no ahuyentarlos. Entonces debieran buscar otras fórmulas para lograr los objetivos para conciliar la recaudación que el Estado persigue buscar para financiar la necesidad del colectivo social con el emprendimiento y el desarrollo del negocio, porque en definitiva hay que fomentar el círculo virtuoso de la economía.
Además, el especialista acusa de que los costos en economía se trasladan y eso es algo que no está tomando en cuenta el Gobierno, puesto que el aumento impositivo en el 3% más rico de la población es un costo que va a ser asumido por el resto de la ciudadanía.
“Por otro lado, el impuesto siempre se traslada a la demanda, dependiendo si esta es elástica o no. O sea, si consumes bencina, cuando se dispara su precio, se traslada al precio. En ese sentido, el que es más rico, si tiene que pagar más impuestos, se lo va a trasladar al precio de lo que vende o el servicio que produce, por lo tanto va a generar mayor valor en los bienes. En definitiva, ese impuesto que gravó al más rico lo termina sufriendo el más pobre”, afirma, asegurando que uno de los efectos que podría producir esta reforma es una baja en la creación de nuevos empleos y un desincentivo para la inversión.
Aste reconoce que la idea de aumentar el impuesto a los super ricos es una idea que ha surgido en distintas partes del mundo en el último tiempo. Más recientemente fue el centro de la campaña presidencial de Bernie Sanders, con su campaña de “Tax the rich”, sin embargo, cree que si bien la motivación parece ser correcta, los resultados no han sido favorables.
“Todos están de acuerdo en que se pague más para lo que tienen más. Nadie puede pensar algo distinto. O sea, si alguien tiene una riqueza mayor a lo que yo tengo, su carga tributaria tiene que ser mayor a la mía. Esa es la base del sistema tributario, la equidad horizontal, y está en la normativa constitucional actual, que es la que se quiere eliminar. Esto obedece a una norma antigua que establece la igual repartición de las cargas públicas en función de la renta que uno percibe. Entonces, yo creo que ningún rico, por lo menos acá en Chile se niega a querer pagar más. Uno siempre tiene que buscar el beneficio de la sociedad y para eso buscamos emparejar la cancha. Y eso se hace focalizando los gastos, siendo eficientes y recaudando eficientemente. Porque si al final las políticas tributarias logran el efecto contrario que es que las personas saquen su capital del país, entonces no va a haber renovación tributaria. Lo que no puede ocurrir es que quien emprende pague más impuestos del que no lo hace”, afirma.
Aste cree que el motivo por el cual el Gobierno insiste en una reforma que considera poco exitosa con medidas que han fracasado en otras partes es porque se encuentra en una campaña en favor de la opción Apruebo en el próximo plebiscito de salida. “Si uno revisa objetivamente el texto de propuesta constitucional, ese texto está mal. Es uno que divide, introduce variables distorsionadoras, aumenta el aparato público. Y qué dice el texto: que los impuestos tienen la función de eliminar la pobreza. Eso en ninguna parte está, porque los impuestos no son para eso, sino que tienen como objetivo financiar el gasto público, pero también es un instrumento de política económica. Intentar lo que el texto dice va a ser fatal, porque lo que vas a lograr es que los ricos sean menos ricos, que lo vas a lograr estableciendo un impuesto al patrimonio”.
De la misma forma, el especialista considera que uno de los escenarios posibles de que entre en vigencia la reforma propuesta es la fuga de capitales del país, lo cual tendría consecuencias graves para el resto del país. “Si estuvieras en la posición de alguien que tiene que pagar con cargo al patrimonio, lo sacas del país. El gobierno insiste en esto porque están embarcados en el Apruebo y el argumento de que solo va a afectar al 3% más rico es apostar a dividir a la población entre los ricos, que son los menos, y los pobres que son las víctimas. Entonces ellos dicen nosotros estamos por las víctimas, lo que políticamente es muy vendedor porque a la gente le queda en la cabeza cómo no va a ser razonable que quienes ganas miles de millones de dólares, como los Yarur, Luksic o Piñera, la gente piensa cómo no los vamos a gravar con algo equivalente a la fortuna que han logrado gracias a que el sistema les permitió lograr esa riqueza. Se necesitan a los privados que inviertan, cosa que el Estado no puede hacer, y si quiere cobra una regalía pero que sea una regalía competitiva, para que Chile pueda ser atractivo para nuevos inversionistas”, dice.