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5 de Septiembre de 2022

Brendan Fraser fue ovacionado en Venecia: “Simplemente estoy intentando aguantar”

El actor se conmovió con la muestra de admiración que le brindó el público por su papel en la película The Whale.

Por Juan Pablo Ernst
Deseo que esta película cause la misma profunda impresión que provocó en mí", manifestó Brendan Fraser. INSTAGRAM.
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Nada menos que 6 minutos duró la ovación de pie que recibió el actor estadounidense Brendan Fraser en el Festival de Cine de Venecia, tras la presentación de la película The Whale.

En la cinta, la estrella de La Momia interpreta a un solitario hombre que se llama Charlie, quien pesa 270 kilos e intenta restablecer el contacto con su hija, que es interpretada por la actriz Sadie Sink, conocida en la pantalla chica por la serie Stranger Things.

La ovación del público presente en la proyección de la cinta dirigida por Darren Aronofsky conmovió profundamente a Brendan Fraser.

Simplemente estoy intentando aguantar hoy“, dijo el actor de 53 años.

“Gracias por esta maravillosa acogida. Deseo que esta película cause la misma profunda impresión que provocó en mí“, manifestó el también protagonista de George de la Selva.

“Tuve que aprender a moverme de un modo nuevo, desarrollé músculos que no sabía que tenía, sentí vértigos al final de la jornada cuando me quitaban la prótesis por una sensación ondulante como cuando bajas de una góndola en Venecia”, dijo el actor estadounidense.


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¿Al Oscar?

El reconocimiento que le brindó el público del Festival de Cine de Venecia incrementa las posibilidades de Brendan Fraser de ser nominado a los Oscar por su interpretación en el drama.

La película The Whale está basada en la homónima obra teatral de Samuel D. Hunter, y el cineasta Darren Aronofsky, que leyó una reseña de la versión teatral, se sintió profundamente conmovido.

La cinta cuenta la historia de Charlie, quien tras la muerte de su novio, por el que abandonó a su familia, comienza con una espiral de comer para aliviar el dolor.

Pero el cincuentón obeso de 266 kilos tiene una última esperanza: recuperar la conexión con su hija adolescente, a la que no ve desde que dejó su casa.

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