Avances en Planta Padre Hurtado llegan a 97% y prepara su debut para robustecer el suministro de agua potable en la zona oriente de Santiago
Aguas Andinas está afina los detalles para la puesta en operación de una de las plantas más importantes de la ciudad, la que permitirá reforzar el abastecimiento de seis comunas del sector oriente de la capital, el más golpeado por la escasez hídrica.
Con el propósito de hacer frente a la crisis hídrica, Aguas Andinas, la principal empresa de servicios medioambientales de Chile, ha implementado una serie de iniciativas que evidencian su compromiso con el desarrollo sostenible y la seguridad hídrica de la ciudad. Entre ellas está la nueva planta Padre Hurtado ubicada en La Reina, uno de los sistemas productivos más importantes de la ciudad, que robustecerá el suministro de agua potable para más de un millón de personas de seis comunas del sector oriente: Ñuñoa, Providencia, Las Condes, La Reina, Lo Barnechea y Vitacura.
Se trata de un sector afectado por la grave sequía que atraviesa la Región Metropolitana, donde el río Mapocho, que es una fuente relevante para el abastecimiento de esta zona, ya no provee el agua necesaria ni suficiente para cubrir esta demanda.
La Planta Padre Hurtado casi duplicará el caudal máximo de producción de los actuales 1.300 litros por segundo a 2.300 litros por segundo. Actualmente, la nueva planta se encuentra en fase de pruebas y puesta en operación, esperando que su inauguración se lleve a cabo en el último trimestre de 2022.
“Estamos incorporando significativos cambios en su diseño original, modernizando la planta con tecnología de punta para asegurar una producción de agua potable cada vez más eficiente y segura en un escenario de profunda escasez hídrica como el que vive la Región Metropolitana. La nueva planta Padre Hurtado nos aportará más resiliencia y reforzará el suministro de agua potable frente a eventos de turbiedad extrema u otra situación que altere la condición normal del río Mapocho”, declaró la gerenta general de Aguas Andinas, Marta Colet.
Este proyecto contempla tecnología de punta con una nueva línea de tratamiento que considera predecantadores, floculadores mecánicos, decantadores y nuevas baterías de filtros, un nuevo desarenador, telecontrol, automatización de procesos, gestión centralizada, lavado de filtros automático y producción de cloro a partir de sal.
Adicionalmente, la ejecutiva mencionó que todo esto es parte de un “robusto plan de inversiones porque sabemos que lo que Santiago necesita es mayor infraestructura sanitaria para ser una ciudad más resiliente y preparada. Así como en agosto inauguramos los pozos de Cerro Negro-Lo Mena en el sector sur de la ciudad, estamos haciendo todos los esfuerzos que nos permitan enfrentar los efectos del cambio climático de mejor manera. Nuestro principal compromiso es con un abastecimiento seguro y continuo de agua potable en la ciudad, por lo que estamos buscando todas las opciones y alternativas que nos permitan continuar velando por ese servicio”.
Solo en 2021, Aguas Andinas invirtió $154.239 millones en obras y nueva infraestructura sanitaria para convertir a Santiago en una ciudad más resiliente y preparada frente a los efectos del cambio climático, mientras que durante los 6 primeros meses de este año ese monto bordeó $51.613 millones.
Trabajo colaborativo
Desde la empresa sanitaria indicaron que hace más de una década que están trabajando para enfrentar los efectos del cambio climático. Además de estas dos grandes obras, se suman nuevos estanques, como los del Parque Bicentenario, Talagante, San Enrique y San Antonio; la modernización de la planta de Vizcachas; y nueva tecnología e innovación en sus procesos del Plan de Eficiencia Hidráulica.
Aguas Andinas también ha trabajado coordinadamente con municipios, regantes y otros actores. Un avance clave fue el histórico acuerdo de colaboración entre Aguas Andinas y las Asociaciones de Regantes de la Primera Sección del río Maipo, que aportó 24% del agua requerida por la ciudad y aseguró el suministro en la temporada primavera-verano, donde hay una mayor demanda de agua potable.
Este acuerdo significó el primer paso para una solución de gran envergadura: el reúso de aguas depuradas. “Sabemos que la región vive una problemática importante como es la sequía, pero creemos que tiene una solución que está bajo nuestros pies y que existe gracias al tratamiento del 100% de las aguas residuales en nuestras biofactorías, donde depuramos y devolvemos el agua limpia al medio ambiente. Su calidad permite el uso para riego agrícola, por lo que estamos trabajando en un proyecto que nos permitirá transportar esta agua hacia la Primera Sección del río Maipo, donde los regantes podrán usar nuestras aguas depuradas y, a su vez, ellos liberarán una cantidad equivalente de agua del río para abastecer a la ciudad. Economía circular y eficiencia en su máximo esplendor”, explicó Colet.