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1 de Diciembre de 2022

El poder transformador de la pintura en nuestra sociedad

Un ejemplo de esto es la llegada de Arcoíris a Valparaíso, ciudad histórica, con un gusto e inclinación por el arte y por las intervenciones artísticas que, sin duda, tiene mucho potencial y espacio para el color.

Por Arianna Macchiavello
Sin embargo, la selección de los espacios donde se pueden llevar a cabo este tipo de iniciativas no es al azar, ya que se buscan locaciones en las que se puede entregar un aporte real a través del color. AGENCIA UNO/ARCHIVO
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Los espacios públicos son lugares donde las personas circulan día a día, son lugares de interacción y encuentro social. En este sentido, cada ciudad vive sus espacios de manera única, donde las tradiciones y la historia crean una atmósfera única e irrepetible para las personas que viven y trabajan ahí.  

El cuidado y la mantención de los espacios públicos son claves para preservar y crear un sentimiento de pertenencia y bienestar en torno al uso de los mismos. En este contexto, la pintura juega un rol fundamental, donde lo evidente es entregar color y embellecer los espacios, pero su objetivo va más allá de un uso cosmético, puesto que el color tiene un poder transformador, y este, si se aplica de una manera armoniosa, puede marcar el ritmo de todo un barrio y hasta cambiar el humor de la gente durante el día a día, así como el pintado de una cara puede transmitirle seguridad a un locatario.

Las iniciativas para potenciar el color son motores para cambiar nuestra sociedad para mejor. Un ejemplo de esto es el Proyecto Arcoíris, iniciativa de Tricolor-Qroma, la cual, a través de coloridas intervenciones en espacios físicos, busca transformar la calidad de vida de las personas, incluso llegando a influenciar en mejores actitudes de los transeúntes.

Es así como el poder de la pintura ha generado resultados claros en diferentes espacios. Por ejemplo, en base a mediciones de la intervención en Lima, Perú, en un colegio donde el 3,1% de las personas tiraba basura, a tres meses del pintado el 0% de la gente lanza cosas en este lugar. Lo mismo se puede evidenciar en pasajes, donde tras la llegada del color ya no se divisan objetos abandonados en la calle, o sea respeto y cuidado por estos lugares.

Sin embargo, la selección de los espacios donde se pueden llevar a cabo este tipo de iniciativas no es al azar, ya que se buscan locaciones en las que se puede entregar un aporte real a través del color.

Un ejemplo de esto es la llegada de Arcoíris a Valparaíso, ciudad histórica, con un gusto e inclinación por el arte y por las intervenciones artísticas que, sin duda, tiene mucho potencial y espacio para el color; además, cuenta con áreas de mejoras y oportunidades de amplio aprovechamiento a través de la pintura, proyecto trabajado en conjunto con la Municipalidad de Valparaíso y el Museo Baburizza.

En esa línea, es relevante destacar asimismo las oportunidades de alianza al efectuar este tipo de iniciativas, en materia de logística, coordinación y aporte de diferentes organizaciones, con el fin de llevar a cabo una estrategia efectiva en los diferentes espacios.

De esta forma, el color toma un rol protagónico en el proceso de formación de una mejor sociedad, el cual, si se lleva de manera responsable, puede llegar a transformar percepciones de orgullo, identidad, confianza colectiva y satisfacción con la vida, así como inspirar conductas positivas, todo lo cual, combinado, fortalece el sentido de comunidad entre las personas.

Arianna Macchiavello

Gerenta de asuntos legales y de asuntos corporativos de Tricolor-Qroma

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