Estudio avala financiamiento mixto en educación superior: permite movilidad social entre estudiantes
La investigación desarrollada por la Universidad Bernardo O’Higgins mostró además el impacto de las políticas de financiamiento en la cobertura y asistencia de los alumnos del sistema.
La Universidad Bernardo O’Higgins entregó los resultados de una investigación centrada en las formas de financiamiento del sistema de educación superior, planteando que las políticas mixtas han permitido una mayor cobertura y movilidad social entre los estudiantes.
El trabajo fue liderado por el rector de la casa de estudios y también secretario general de la Corporación de Universidades Privadas (CUP), Claudio Ruff, siendo presentado en un seminario virtual que contó con la participación del investigador y académico UDP, José Joaquín Brunner y con los representantes del Ministerio de Educación, Antonio Peñafiel, jefe del Departamento de Financiamiento Estudiantil y José Miguel Sanhueza, asesor de Gabinete en materias de Políticas de Educación Superior.
Entre sus conclusiones, el estudio señaló que el sistema de financiamiento chileno, con la inclusión de la gratuidad, mantiene las tendencias de mejora en las tasas de cobertura a la educación superior en los deciles más vulnerables, al tiempo que se evidencia que el 65% de los estudiantes de los quintiles 1 y 2 logra movilidad social hacia los quintiles 3, 4 y 5.
La investigación arrojó que a 2020 la matrícula de estudiantes con gratuidad alcanza el 32,7% de la matrícula total de pregrado y el 61,7% de las instituciones adscritas al beneficio, y el financiamiento que reciben estas instituciones es de aproximadamente 2 millones de pesos por estudiante.
Además, el crecimiento de ingresos de las universidades con gratuidad se mantuvo relativamente estable en el período 2016-2019, con una caída en el 2020 que pudo ser generada por el efecto de la pandemia. Sin embargo, en este mismo período existe una caída de la matrícula de pregrado.
Asistencia y cobertura
En cuanto a la asistencia, el estudio de la Universidad Bernardo O’Higgins sugirió que la gratuidad, medida implementada desde 2016, ha mejorado las tasas de asistencia en la educación superior.
Esta mejora en la asistencia es evidente hasta el cuarto decil de ingresos a nivel socioeconómico, no obstante, los dos deciles de ingreso más alto tienen crecimientos inclusive superiores a los deciles del 1 al 4. Esto puede explicarse debido a que la escolaridad promedio desde los 15 años en el país varía de 9,4 en el primer decil hasta 15,9 el décimo decil.
Además, al comparar la situación de Chile con otros países de América Latina, se evidencia los efectos positivos que han tenido las políticas de financiamiento en Chile en la cobertura del sistema universitario en el primer quintil socioeconómico.
Asimismo, las comparaciones con los países de la OCDE entregan elementos finales sobre las tasas de cobertura en la educación terciaria y los primeros elementos de la real movilidad social de los estudiantes de los deciles más vulnerables. Chile se posiciona en esta materia entre los 10 mejores países de la OCDE a nivel de pregrado, reafirmado la efectividad de las políticas de financiamiento del Estado medido desde las tasas de asistencia en la educación superior.
“En síntesis, el sistema de financiamiento chileno, con la inclusión de la gratuidad, mantiene las tendencias de mejora en las tasas de asistencia a la educación superior en los deciles más vulnerables”, expresó el rector Ruff.
El académico precisó que a pesar de los buenos números entregados por el sistema mixto de financiamiento, aún existen diferencias entre los deciles de ingresos en la asistencia en la educación superior.
“Chile está en la vanguardia del continente, e inclusive de los países del mundo desarrollado, en la asistencia a la educación superior a nivel de pregrado, pero se debe poner atención de las tasas de posgrado como fuente de riqueza de educación a lo largo de las trayectorias de vida”, comentó.