Ley CATI, ¿Es suficiente?
Otra experiencia europea es la instalación de cámaras que detecten un auto al entrar y salir de un área (en ciudad o carretera), permitiendo calcular la velocidad promedio del vehículo al cubrir la distancia entre ambos puntos.
Juan de Dios Ortúzar es Profesor Emérito UC e Investigador del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI)
Vivimos en un país que tiene tasas de fatalidad vial demasiado altas en relación a su nivel de desarrollo y calidad de infraestructura. Tras años de espera Ley CATI viene a disminuir el riesgo de accidentes fatales provocados por los conductores que circulan a velocidades imprudentes, una buena noticia para el país, pero insuficiente.
Primero, los chilenos manejamos mal; un ejemplo notorio es que la mayoría no respeta el circular por la derecha y sólo usar la pista izquierda para adelantar; otro, es la arraigada costumbre de usar celular al conducir. Esto se debe, en parte importante, a que no contamos con un método apropiado para otorgar licencias de conducir. Nuestro sistema se basa en pruebas de oficina (que posiblemente detecten si un potencial conductor tiene problemas psicomotores), pero no da importancia a la prueba clave: un test de conducción práctica, complejo y de duración apropiada.
En Gran Bretaña, el examen de conducir es a nivel nacional (no municipal, como acá), hay pocos examinadores expertos y consiste en manejar en condiciones normales. Dura cerca de 45 minutos y tiene un conjunto de ítems que deben ser aprobados (desde la forma en que el examinado toma el manubrio, mira por el espejo retrovisor, señaliza, dobla en U en una calle angosta, entre otras); cuando la respuesta falla a cualquiera de ellos, se rechaza el examen (en un alto porcentaje de los casos). Además, no se puede repetir de inmediato y tiene un costo elevado.
Segundo, instalar un foto-radar en un lugar conocido (y sólo en algunas vías), va a mejorar el comportamiento de los conductores ahí, pero no necesariamente en otras partes de la ciudad. Otra experiencia europea es la instalación de cámaras que detecten un auto al entrar y salir de un área (en ciudad o carretera), permitiendo calcular la velocidad promedio del vehículo al cubrir la distancia entre ambos puntos.
Muchas otras cosas se podrían implementar para mejorar la tasa de accidentes viales, aquí menciono solo dos iniciativas que serían un complemento interesante a la ley recién aprobada. Aún queda mucho por hacer.