Mario Carrera, fiscal regional de Arica: “Fue un récord: estuvimos 40 días sin homicidios”
Está curtido en delitos sangrientos. Lleva casi 18 años dedicado a la investigación de estos crímenes, pero hay algunos con los cuales la piel dura se le ablanda: los casos de trata de personas con fines de explotación sexual. Líder de las pesquisas para desbaratar al Tren de Aragua, considera que “a Chile le falta mucho en protección de víctimas y testigos”. Y lamenta que este 9 de febrero, se haya producido el primer asesinato de 2023 en la región.
–Yo no miro para el sur, ni para el centro. Yo tengo la mirada puesta en el norte, más al norte de nuestras fronteras. Hacia allá veo y estoy atento, porque es desde ahí que accede el crimen organizado al país –declara el abogado ariqueño, criado en Santiago y formado en la Universidad de Chile, Mario Carrera (47).
Carrera es el fiscal regional de Arica y Parinacota desde enero de 2021, año en que los homicidios en la región, de un nivel de violencia nunca antes visto, impactaron al país. Se acumularon 42 en total y sólo el mes de su debut en el cargo hubo cinco asesinatos y un femicidio. Este enero de 2023, en cambio, la luctuosa cifra descendió a cero. No ocurrió ninguno.
Eso, que suena tan positivo, ¿puede tener su lado negativo? ¿Qué significa?
Eso es lo que abordamos una tarde de febrero, durante las vacaciones del fiscal, en que está disfrutando de sus hijas, las que el resto del año viven con su madre en Santiago. La mayor está a punto de convertirse en periodista y la menor, que ahora juega de fondo durante esta conversación, tiene síndrome de Down. Este tema –el de la discapacidad intelectual– y su condición de bombero son las causas extrajudiciales que motivan a este hombre.
Fue el sangriento 2021 cuando la Unidad Contra el Crimen Organizado de Arica, a cargo de Carrera, descubrió a individuos extranjeros que traficaban drogas hacia Chile. Eso no tiene nada de extraordinario en la región. Lo excepcional fue que las escuchas de sus teléfonos celulares permitieron confirmar la presencia del temido Tren de Aragua. Con sigilo y paciencia, a mediados de año, los investigadores lograron dar un duro golpe a la organización criminal venezolana. Dice el fiscal:
–En términos numéricos, el año pasado la situación hizo crisis. De los homicidios ocasionales se pasó a asesinatos crudos, tipo ejecución, propios del crimen organizado. Lo que marcó un quiebre en la tendencia fue la investigación que nos tomó ocho meses y que el 16 de junio pasado culminó con decenas de sujetos detenidos en prisión preventiva. Ya el segundo semestre, después de eso, hubo una baja fuerte en los homicidios. Y este enero no tenemos ninguno.
El fiscal comenta además la reciente detención del clan de Los Gallegos de Caracas, una facción del Tren de Aragua. “Las escuchas fueron claves en todo este proceso. Así comenzamos las investigaciones en contra de ese grupo de venezolanos que venían llegando. El año pasado, percibimos el temor que despertaban en otros grupos delictuales y, aunque pudimos dar pequeños golpes antes, esperar nos permitió analizar su operativa, sus roles, su estructura”.
Y acceder a sus libros de contabilidad en el operativo, dice. Eso y la incautación de los teléfonos móviles fueron claves.
–Tú eres ariqueño, ¿cómo ha cambiado la delincuencia en la ciudad desde tu infancia hasta ahora?
–Radicalmente, de delincuentes habituales pasamos a bandas mafiosas internacionales. Por nuestra condición de ciudad limítrofe con países productores de drogas, ese siempre ha sido un tema. La droga es un negocio, punto. En Chile y en cualquier punto del globo terráqueo. Nuestra región, así como Tarapacá e incluso Antofagasta, son estratégicos como región de paso de la droga. Eso antes lo hacían colombianos, peruanos, bolivianos. Lo novedoso ahora es la lógica de las mafias. Y eso se vio en las calles de la ciudad en 2022 con mucha fuerza.
–Quienes persiguen al crimen organizado, pueden muchas veces convertirse en víctimas. ¿Cómo se protegen en la Fiscalía? ¿Cómo te cuidas tú mismo?
–Yo soy parte de la directiva latinoamericana de fiscales. El año pasado tuvimos que enviar cinco condolencias por colegas asesinados en la región. Uno de ellos, era el fiscal paraguayo Marcelo Pecci, que fue baleado y muerto en una playa de Cartagena de Indias, Colombia, durante su luna de miel. Yo lo conocí en Asunción, donde estuve por temas gremiales. Estas bandas funcionan con esa lógica y esperemos que no comentan sus acciones en nuestro país. Más allá del temor que uno puede sentir, es fundamental tomar todas las precauciones. Nosotros hemos implementado medidas de protección en nuestras oficinas, automóviles, rutas. Eso disipa en un alto porcentaje el riesgo.
Mario Carrera marca otra diferencia con estas violentas mafias y las del pasado. “Antes, atentar contra la autoridad no era bueno para sus negocios, porque llamaba mucho la atención. Pero grupos como El Tren de Aragua son impulsivos. Eso los hace impredecibles. Por eso mismo no es bueno emitir comentarios sobre estas materias porque pueden ir contra la propia seguridad. Lo único concreto es que hay que ser precavido. Muy precavido”.
El soldado que se descarrió
El tristemente célebre Cerro Chuño de Arica, que primero fue conocido como una zona de sacrificio, donde la contaminación por plomo obligó a desalojar viviendas, luego de lo cual se pobló irregularmente como cualquier campamento de Chile, el año pasado saltó a los noticieros como el lugar de residencia de los miembros de El Tren de Aragua. No sólo de residencia, también de “trabajo”, incluidos centros de secuestro y tortura.
A este vasto “morro de Arica” sin ningún pasado heroico ni virtudes turísticas, los que suben son los camiones que llevan la basura al vertedero municipal y los chilenos de extrema pobreza y vulnerabilidad asentados en él desde hace décadas, los migrantes indocumentados y los integrantes de esta mafia que han ido atemorizando a todo el que se les resista. Fue allí, donde la PDI descubrió el cadáver de uno de sus “soldados” en junio del año pasado. El cuerpo llevaba cerca de un mes bajo tierra y presentaba signos de tortura. El parte policial dice: “Cuerpo enterrado en Cerro Chuño. Causa: Tren de Aragua. Víctima venezolana: José Alejandro Nino Graterol”.
–Como te comentaba, ese mes de junio detuvimos a 35 personas. Fue un golpe fuerte para el grupo. Desarticulamos una facción que iba a armarse de una u otra forma. En enero pasado, volvimos a detener a doce personas, diez de las cuales están en prisión preventiva. Y lo más importante es que logramos hacernos de sus libros de contabilidad, porque son muy ordenados en eso. Esos libros de cuentas son oro para nosotros. Por ellos, tenemos una investigación tan sólida, con muchísimas horas de la PDI invertidas.
– ¿Dónde están hoy detenidos?, porque hasta donde se sabe son grupos que se las arreglan de lo mejor en la cárcel para seguir delinquiendo. Mal que mal, nacieron en ella.
– ¿Dónde los tenemos? En penales de La Serena, Rancagua, de acá. Separados. Tú me preguntabas si los golpes que les hemos dado los desarticulan, si siguen actuando. Yo respondo que la actual situación es una foto del momento, porque las razones que los atraen a Chile no han cambiado. Nuestro país es muy atractivo para ellos, sobre todo por la extensión de la frontera, que les permite entrar y salir ilegalmente.
El fiscal Carrera hace notar que la tasa cero homicidios en enero de 2023 puede deberse a que el Tren de Aragua fue muy debilitado por las acciones policiales y judiciales antes descritas o a que haya tomado el control de la ciudad, anulando a otras bandas delictuales y, por así decirlo, tienen la fiesta en paz. No hay necesidad de secuestrar, extorsionar, cometer sicariato, torturar, asesinar. “No sabemos exactamente a qué se debe”, sostiene, con cautela y sin cantar victoria.
Lo que sí sabe es el perfil de los integrantes del peligroso grupo, nacido en la cárcel de Tocorón en Aragua, Venezuela. “Son ciertamente más hombres que mujeres. Ellas son las encargadas del negocio de la prostitución, de la trata de personas; es una organización muy machista. No hay ninguna lugarteniente en una posición destacada”, explica. Y da más detalles:
–Son en su mayoría hombres jóvenes, verdaderos soldados, en el más amplio sentido de la palabra. A diferencia de otros grupos delictuales, no caen en alardes consumistas, pese a que en ocasiones pueden tener veinte millones de pesos en el bolsillo o kilos de coca en su poder. No son de comprarse autos ni casas ni vivir con ostentación. Impresiona en realidad la precariedad en la que viven. Lo hacen en condiciones precarias, de mínima sobrevivencia. Los soldados deben demostrar que son choros, que se la pueden, que son capaces de hacer todo lo que se les ordene. Todo. Como su origen es carcelario, sus lógicas son las de la cárcel. El cadáver enterrado y con signos de tortura en una rancha en el cerro Chuño es un venezolano al que teníamos en el organigrama. Claramente fue alguien que se apartó del camino, que no cumplió con lo que se esperaba de él.
– ¿Es tierra de nadie el cerro Chuño? ¿Cualquiera puede entrar y salir sin correr peligro?
–Es una toma en la que se fueron instalando migrantes, además de chilenos. Hay presencia fuerte de colombianos, bolivianos y luego empezaron a llegar los venezolanos, sacando a personas de otras nacionalidades. Se estima que vivirían allí unas dos mil personas. Y, sí, es un lugar peligroso en el que los habitantes de la ciudad no se aventuran. No tienen para qué, porque la subida conduce al vertedero. Es ciertamente una zona que ofrece un grado de protección muy potente a las bandas delictuales. Como es un cerro, permite advertir lo que viene. Anticiparse a los operativos. Eso les da visibilidad y protección para anticiparse a cualquier operativo. Es una zona muy conflictiva para la ciudad.
40 días invictos
El asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, en Colombia, por un venezolano, se atribuye (aunque no está probado aún) a un grupo aún más temible que el Tren de Aragua: el PCC, sigla que significa Primeiro Comando da Capital y es considerada la mayor organización criminal de Brasil. “Esas redes nos demuestran los grados de sofisticación, poder y presencia de estas mafias transnacionales”, comenta el fiscal, que asegura que ellos no han tenido indicios de la presencia del terrorífico PCC en Chile. Sí se han topado con otros, como “el Clan del Golfo”, que son colombianos y no están calificados entre los más violentos, pero debemos estar muy atentos. La globalización también aplica a la delincuencia organizada y no podemos pretender que estamos libres de esta lacra, más considerando la importancia de nuestro puerto para sus ilícitos”.
– ¿Cuánto tienen que ver el fenómeno de la migración masiva que estamos experimentado con los altos índices de delincuencia? ¿Cómo relacionas ambos temas?
–Esta última ola de ingreso de venezolanos, claramente está marcada porque son de condición muy vulnerable y entre ellos vienen mezcladas personas que son criminales. Gente con prontuario, perseguida en su país. Con esto no quiero que se entienda que los migrantes venezolanos son todos delincuentes. No estoy diciendo eso. Señalo simplemente que la mayoría son personas muy carenciadas, muy difíciles de insertar, traídos en muchos casos por estos criminales que se dedican a comerciar con la desgracia. Este último tiempo las detenciones por trata de personas se han multiplicado en la región de Arica.
Carrera hace notar que es muy difícil capturar a estos delincuentes. “Les basta caminar unas horas y ya están en Tacna. Cruzan por cualquier parte. Resulta muy fácil para ellos eludir a la justicia. A diferencia de lo que pasa con Perú, donde podemos dar muy rápidamente con la identidad de los peruanos, con los venezolanos no hay cómo. Estamos a merced de verdaderos fantasmas, porque no hay registro del lugar de origen de estas personas. Y eso aplica también con las víctimas. Nadie sabe quiénes son, nadie denuncia por presunta desgracia, nadie reclama sus cuerpos”.
De los asesinados en 2022, las estadísticas del fiscal indican que 21 son extranjeros: 15 venezolanos, cuatro colombianos, un peruano y un boliviano. Ninguno es mujer. Pese a esto, cuando le preguntamos por los casos que más le han impresionado en lo personal, habla de las víctimas femeninas. En particular de una.
–No tengo pesadillas con los hechos de sangre, con los casos más escabrosos, lo que me impacta no pasa por ahí. Tiene que ver con la vulnerabilidad de las mujeres sometidas al delito de trata de personas con fines de explotación sexual. Está el caso de una mujer a la que tuvieron secuestrada durante varios días en un ruco del Cerro Chuño porque se negó a pagar semanalmente la mitad de lo que recibía por sus servicios sexuales. Fue un caso muy publicitado. A mí me preocupa cómo protegemos a esa víctima. Yo no quiero que esté en el juicio por el riesgo que significa esa exposición para ella. Siento que no hay medida suficiente que pueda garantizar su seguridad. A Chile le falta mucho como Estado en materia de protección de víctimas y testigos. Necesitamos convenios internacionales, planes con mayor altura. Chile es un país pequeño y no es tan difícil para estos grupos ubicarla dentro del país; siento que hoy no tenemos herramientas para darle protección.
– ¿Existe perspectiva de género en la investigación de los delitos, tanto en los tribunales como en la policía?
–Existen directrices a nivel nacional, pero ciertamente ser mujer es un elemento más que se suma a la vulnerabilidad y no existe tanta preocupación por ello. Yo agradezco que se nos haya ampliado el presupuesto para la Unidad de Víctimas en un treinta por ciento. Eso indica algo en este sentido.
Es un agradecido y se esmera en dejar claro que en sus dos años de gestión (le quedan otros seis) ha logrado avances notables para que los fiscales puedan trabajar en mejores condiciones. Desde la llegada de dos vehículos blindados para que no tengan que ir en sus autos particulares a los sitios del suceso, así como de una fiscalía móvil que les permite acudir llevando toda la tecnología necesaria para iniciar las investigaciones. Menciona la capacitación en interceptación de teléfonos y la contratación de 20 personas especializadas para perseguir el crimen organizado.
Hasta el 9 de febrero, Carrera estaba satisfecho: “Llevamos 40 días sin homicidios en Arica. Aún no podemos acudir con nuestra flamante fiscalía móvil a un sitio del suceso; ojalá que eso se mantenga”, nos dijo, pero ese día un joven de 27 años fue apuñalado en el cuello y murió en el jardín de una casa de la ciudad.