“Dulzura de San Pedro”: Denominación de Origen de su frutilla promete impulsar su valor comercial
Actualmente, 44 productos chilenos poseen Sello de Origen, el que garantiza su calidad y proceso fiel a la tradición.
El 30% de la producción nacional de frutillas se da en la comuna de San Pedro de Melipilla, con más de 28 mil toneladas anuales.
Por ello que para el municipio local resultó tan importante impulsar la certificación “Dulzura de San Pedro”, con el propósito de que sus frutillas puedan obtener la Denominación de Origen.
Es que el Sello de origen está demostrando ser un factor determinante para sacar ventaja comercial y garantizar la calidad de los productos, así como abrir las puertas a nuevos mercados nacionales e internacionales.
Desde el 2012 el ministerio de Economía y el instituto INAPI promueven el Sello de Origen para fortalecer el valor comercial, cultural y turístico, que permita mantener las costumbres de productos con alta vinculación local, otorgando más herramientas para enfrentarse a un mercado cada vez más competitivo.
La chicha de Curacaví, los jarrones de Pomaire y las sandías de Paine son algunos ejemplos de productos autóctonos de Chile, que enriquecen el valor turístico y cultural de una comuna y también permiten que gran parte de su gente pueda apoyarse económicamente en este comercio.
Actualmente, 44 productos chilenos poseen Sello de Origen, el que garantiza su calidad y proceso fiel a la tradición.
Cultivo hidropónico de frutillas
En el caso de San Pedro de Melipilla, desde 2021 se desarrolla una parcela demostrativa de cultivo hidropónico impulsada por profesionales de Servicio País, junto a la Cooperativa de Frutilleros Las Pataguas.
El programa de la Fundación Superación de la Pobreza está incentivando a los agricultores de la zona para considerar sistemas hidropónicos para cultivar frutillas e incluso otro tipo de plantaciones, para poder hacer frente a los desafíos hídricos, según apunta la coordinadora territorial, Camila González.
La posibilidad que tenemos como programa es no solo acercar estás propuestas, sino también ser responsables y estudiar el proceso y los resultados de la producción hidropónica, por medio de un espacio demostrativo, para obtener datos que permitan también medir los costos/beneficios de este tipo de implementación para el pequeño y mediano productor de frutilla”, revela González.
En el proyecto se destaca también que al estar plantada la frutilla sobre una superficie que les da una mayor altura, permite un trabajo de cuidado y cosecha más accesible para personas de la tercera edad, las que no deben estar constantemente agachadas para tratar la planta.