Tras más de 40 años pudo abrazar a su mamá: el caso que vuelve a reflotar las adopciones ilegales en dictadura
María Angélica González se reencontró hace solo unos días con su hijo Jimmy Lippert Thyden, quien fue robado y dado en adopción a una pareja estadounidense hace 42 años.
Aunque no alcanzó las dimensiones de lo ocurrido en Argentina, la sustracción de bebés y sus adopciones ilegales no fueron una excepción durante la dictadura de Augusto Pinochet. Todo lo contrario, las investigaciones apuntan a miles de casos.
La inmensa mayoría de las víctimas no fueron mujeres detenidas por el régimen, sino personas humildes, con poca educación o muy jóvenes que fueron víctimas de un sistema destinado a enviar bebés al extranjero para que fueran adoptados.
Una de esas víctimas fue María Angélica González. Hace 42 años, su hijo nació prematuramente, por lo que se quedó en una incubadora y ella fue dada de alta. Cuando fue a verlo, le dijeron que había muerto y que ya habían dispuesto de sus restos.
Sin embargo, el pequeño no sólo sobrevivió, sino que fue entregado en adopción a una pareja estadounidense. Hoy se llama Jimmy Lippert Thyden.
Nos Buscamos
En conversación con la agencia AP, Thyden aseguró que “los trámites que tengo para mi adopción dicen que no tengo familiares vivos. Y en los últimos meses me enteré de que tengo una mamá y cuatro hermanos y una hermana“. Fue un caso de “adopción falsificada“, recalcó el abogado estadounidense
Ante su situación, Jimmy Thyden supo de la existencia de Nos Buscamos, una organización chilena que trabajaba para reunir a padres con sus hijos dados en adopción de manera irregular.
Según explicó Constanza del Río, fundadora y directora de Nos Buscamos, estos últimos nueve años la organización coordinó más de 450 reuniones entre adoptados de esta forma y sus familias biológicas.
Cuenta también que, sobre la base de un informe de la PDI sobre los pasaportes de niños chilenos que abandonaron el país en las décadas de 1970 y 1980 y nunca regresaron, se calculan en miles los casos de este tipo.
“La historia real fue que estos niños fueron robados a familias pobres, mujeres pobres que no lo supieron. No sabían cómo defenderse”, comentó Del Río.
Pruebas de ADN
Para evitar situaciones que provoquen que las familias revivan el dolor sin la certeza absoluta, Nos Buscamos se asoció con la plataforma de genealogía MyHeritage, encargada de kits gratuitos con pruebas caseras de ADN para distribuirlos entre las presuntas víctimas.
Fue esa prueba de ADN la que confirmó que Jimmy Thyden era 100% chileno. Supo así que tenía un primo en Chile y así comenzó la historia que, luego de 42 años, le permitió reunirse con su madre en su casa de Valdivia.
“Te amo mucho“, le dijo Jimmy Lippert Thyden a su madre biológica. “Me dejó sin aliento… Me sentí asfixiado por la enormidad de este momento“, admitió después del encuentro.
Durante un tiempo, María Angélica González se rehusó a aceptar que su hijo no había muerto y que se lo habían robado.
“M’ijo, no tienes idea de los mares que he llorado por ti. Cuántas noches pasé despierta orando para que Dios me permitiera vivir lo suficiente para saber qué te pasó“, le dijo la mujer cuando por fin asumió lo ocurrido.
Thyden viajó a Chile con su esposa y sus dos hijas, y aseguró que “mis padres querían una familia, pero nunca la quisieron así. No por extorsión a otro, por robo a otro“.
Durante su permanencia en Chile, Jimmy Lippert Thyden y Constanza Del Río se reunieron con uno de los investigadores que atienden los casos de adopción falsificada en el país.
“No queremos dinero. Sólo queremos el reconocimiento humano de que este hecho horrible sucedió en Chile. Y el compromiso de que esto no continuará sucediendo en el futuro”, dijo Del Río.
“Estamos tratando de marcar la diferencia. No sólo con Jimmy y su familia, sino que queremos hacerlo, el cambio, en el país“, concluyó.
Otra organización sin fines de lucro que hacen un trabajo similar en Chile es Hijos y Madres del Silencio.