Fútbol entre tortura, fusiles y dolor: la trastienda del partido Chile-Unión Soviética tras el Golpe
El choque entre Chile y la URSS estuvo marcado por la incertidumbre y el sueño de un país de volver a un Mundial en medio del dolor.
El año 1973 fue dicotómico para Chile, ya que mientras el ambiente político estaba crispado y fracturado a tal nivel que culmina con un golpe de Estado, en el deporte la población vibraba con la histórica campaña de Colo Colo en Copa Libertadores y las eliminatorias al Mundial de Alemania 74.
Y es que luego de la llegada de los albos a la final del certamen continental, donde fueron víctimas de uno de las series más escandalosas en la historia del fútbol sudamericano, la intención de los dirigidos de Luis Zorro Álamos, ideólogo del “Colo Colo 73”, era clasificar al Mundial que se jugaría el año siguiente.
Para ello, dejaron atrás en su grupo a Perú y se aprestaban a disputar un repechaje contra la Unión Soviética, en duelos pactados el 26 de septiembre en el estadio Lenín de Moscú y el de vuelta, el 21 de noviembre en el Nacional de Santiago.
Axel Pickett, autor del libro “El partido de los valientes”, indicó a EL DÍNAMO que “la Selección estaba muy bien de ánimo, habían eliminado a Perú, que era una gran selección que venía de hacer un gran Mundial en México y que después fue campeona de América”.
“El ánimo de la Selección estaba muy por arriba, además tenía una base muy sólida del Colo Colo 73, que había jugado la final de la Copa Libertadores de América y los refuerzos que venían de afuera eran muy importantes. Estaba la expectación de contar con Elías Figueroa que no jugaba con la Selección desde el Sudamericano del 67”, indicó el periodista.
El Golpe de Estado toca a la Roja
Pero a solo días del primer choque ante los soviéticos, se desencadenó el golpe de Estado y con ello la incertidumbre de la Roja de poder decir presente en la serie y más aún, si la llegada de los militares pondría en peligro sus vidas.
Es que si bien gran parte del plantel de la Selección era lejano a la política, miembros insignes como Carlos Caszely, Leonardo Véliz o el mismo Zorro Álamos habían hecho público su apoyo al gobierno de la Unidad Popular y a Salvador Allende.
“Se podría decir que Carlos era el jugador más cercano al gobierno de la Unidad Popular, tenía un trato más cordial con el presidente Allende y no se restaba en ningún caso a expresar públicamente su apoyo al gobierno de la UP”, indicó Pickett.
Sin embargo, las funestas consecuencias del derrocamiento del gobierno de Allende se hicieron rápidamente sentir entre las huestes de la Roja, siendo el caso del lateral Nelson Vásquez el más emblemático.
“El caso de Nelson Vásquez es uno de los casos más dramáticos, su padre dirigente sindical de la empresa de Transportes de Valparaíso, fue detenido. Al momento del viaje, Nelson plantea esta situación -era un detenido desaparecido porque no se sabía donde estaba- y dice que no va para apoyar a su familia”, detalló Axel Pickett.
Ante esto, “los dirigentes del fútbol hacen gestiones y consiguen que los militares les reconozcan que sí está detenido, pero que no se preocupe, que a su regreso del partido en Moscú, su padre estará libre, en casa y sin ningún problema. Con esa promesa, Nelson Vásquez decide aceptar y parte con la delegación en este viaje a Moscú. Cuando volvieron, el padre ya estaba en casa”.
“Leonardo Véliz tenía familiares presos en el Estadio Nacional, en el caso de la madre de Carlos Caszely es conocida su detención, su traslado a centros de detención clandestinos y su tortura”, agregó.
Chamaco Valdés, capitán dentro y fuera de la cancha
Por su parte, el capitán de la Selección, Francisco Chamaco Valdés, se valió de su fama dentro de la cancha para ir en ayuda de quienes estaban siendo víctimas de la represión y tortura del régimen, logrando así la liberación de su ex compañero en Colo Colo, Hugo Lepe.
Para ello, llegó incluso a reunirse con el dictador Augusto Pinochet para conseguir sacarlo con vida desde el centro de detención del Estadio Nacional.
“Las gestiones del capitán de esa Selección, Francisco Chamaco Valdés, fueron múltiples en varios lugares de Chile por futbolistas, dirigentes, conocidos que estaban presos. En el caso de Hugo Lepe, Chamaco visitó varias veces los centros de detención que se conocían en Santiago, sin mayor éxito, se entrevistó con el mismo dictador Pinochet en persona para plantearle el problema y de él obtuvo un tarjetón que lo presentaba ante los militares a cargo de los recintos para que le dieran las facilidades del caso”, aseveró Axel Pickett.
De esta manera, “logró dar con Hugo Lepe en el Estadio Nacional, no en su primera visita porque ya había estado ahí y no lo había podido encontrar en las listas de detenidos, pero finalmente logró encontrarlo y con la autorización del dictador lo pudieron rescatar”.
Así, en medio del dolor y de los fusiles, Chile logró viajar rumbo a la URSS y consiguió un trabajado y recordado empate 0-0 ante los locales, el cual fue llamado el “Partido de los Valientes” y que se comenzó a jugar desde mucho antes y muy alejado del pasto y las líneas de cal.