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21 de Noviembre de 2023

Presidentecillo Habemus

Por momentos se desviarán las miradas de la nueva Constitución cuyo texto parece cada vez más atractivo en la medida que se avecina el plebiscito. Y, a pesar de muchas falencias que tiene, debería ser así para por una buena vez terminar con el asunto.

Pero no nos olvidemos que Gabriel tiene una vocera. Vocera que más bien parece ser la defensora del presidente que ni se inmuta en medio de la tormenta de corrupción que mece al país. AGENCIA UNO/ARCHIVO
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No creo que Gabriel Boric alguna vez realmente creía que llegará a ser el Presidente de Chile en el año 2022 y habrá estado bastante sorprendido – y evidentemente sobrecogido – al ver que llega al balotaje contra Kast, a quien evidente- y fácilmente vencería. El país no quería un Trump. Al pasar del tiempo, creé una nueva palabra: Presidentecillo, una expresión de variante de mandatario más bien infantil, nada preparado, alegremente juguetón e impotente ante los problemas reales que sacuden la nación alguien y sin siquiera un rumbo ideológico fijo, de declaraciones cambiantes según ocurran en distintos lugares y ocasiones.

Mientras el país se hunde en el más profundo fango de una delincuencia ya no solo incontrolada sino abiertamente descarada; mientras la inflación y desocupación crecen; mientras incluso la naturaleza nos pone a prueba con jamás vistas inundaciones, incendios forestales y – lo que viene – calores abrasadores que pondrán en peligro lo que queda para cosechar, nuestro Presidentecillo se las pasa viajando al Viejo Continente, al Norte, a Asia sin parar, tomando solo algún respiro yendo a eventos de los Panamericanos, uno que otro partidito de fútbol y distintos espectáculos. Su agenda más parece a la de un rey que solo está para gastar nuestras platas, exhibirse en bici y propalar consejos sobre lo sano del deporte. El país desesperadamente necesita una conducción firme con un conductor omnipresente, un capitán duro en la tormenta, que no se ocupe de otra cosa que salvar el navío al que lo eligieron dirigir.

Cuando matan a tiros gente en la calle, arrojan granadas a carabineros, asaltan, roban con violencia inusitada, mientras la droga contamina a todos los ambientes de la sociedad, mientras la corrupción, liderada por sus amigotes y correligionarios puestos en ubicaciones donde la plata está a mano para adueñarse de ella; nuestro Presidente solo expectora frasecitas que aseguran que los responsables serán atrapados y condenados. ¿Ha visto Usted hasta ahora UNO SOLO al o a la que se le caiga el peso de la ley? ¿Cuánto tiempo pasó desde el destape de fundaciones? ¿Cuántos atrapados y penalizados hay? ¿Cuántos billones se descubrieron y se devolvieron a nuestros bolsillos horadados? Se afana de Programa de garantías de Apoyo al Sobre-endeudamiento, Regulación del pago mínimo en tarjetas de crédito, o Aplicación de la ley de Fraudes y Construcción de Viviendas – a la con muchas dificultades burocráticos quizás puedan acceder 76.000 personas, el 0,6% de la fuerza laboral… nunca hubo anuncios más pomposos que no sirven de nada y son del más barato populismo.

Pero no nos olvidemos que Gabriel tiene una vocera. Vocera que más bien parece ser la defensora del presidente que ni se inmuta en medio de la tormenta de corrupción que mece al país. “Nada nuevo”, dice ella del jamás visto oleaje de corrupción: solo se escarba en viejos asuntos, es claramente aprovechamiento político. O sea, como ya se hurgó en las heridas en su oportunidad, heridas que Boric iba sanar CAIGA QUIEN CAIGA, CUESTE LO QUE CUESTE… Pero nadie cayó y está costando: miles y miles de millones de nuestro dinero.

Mientras el Presidentecillo vuela a bordo del ChFORCE1 al Foro, se destapa el quizás mayor chanchullo de las últimas décadas, que será solo una punta de iceberg y hará tambalear el prestigio de nada menos que el tan apreciado SII; e involucra a nadie menos que al famoso abogado quien, de paso, hasta anteayer era “defensor” del hombre más importante de Boric, su jefe del “segundo piso”, Miguel Crispi, (lo despidió altiro, quizás por un “rumor” que le llegó…) metido quién sabe hasta donde en el enredo fundacional.

Bueno, a cada chancho le llega su San Martín, dicen allende la Cordillera. No creo que sea cierto: más chanchos escapan que se agarran. Veremos quienes están en la nueva charca; posiblemente docenas, si no centenares, y veremos a quienes salpica la cosa. Sin duda muchas cabezas tendrán que rodar, no importa cuántas. Por momentos se desviarán las miradas de la nueva Constitución cuyo texto parece cada vez más atractivo en la medida que se avecina el plebiscito. Y, a pesar de muchas falencias que tiene, debería ser así para por una buena vez terminar con el asunto.

El resultado tendrá poca importancia en la conducción del Gobierno ya que desde que se rechazó el primer intento, muestro Presidente-cuasi-niño también se auto-condenó: dijo que si no se aprobaba una nueva Carta Magna a su gusto, no podría cumplir con su programa. La pregunta obvia es: ¿qué programa? ¿La de un grupo de jóvenes, lamentablemente tan inexperto como arrogante?

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