¿Por qué el árbol de Navidad es un pino?
El tradicional árbol de Navidad es uno de los rituales más característicos de estas fechas.
El origen de esta tradición tiene diferentes explicaciones, todas ligadas a prácticas de pueblos paganos que usaban a los árboles para honrar a sus Dioses. AGENCIA UNO/ARCHIVO.
Cada año, las familias se reúnen para decorar el árbol de Navidad, marcando así el inicio de la víspera de esta festividad.
El tradicional rito tiene sus orígenes en diferentes prácticas paganas que usaban al árbol como símbolo de vida y renacimiento. Con la llegada de la evangelización cristiana, esta costumbre se extendió por todo el mundo definiendo al pino como ícono navideño.
La tradición del pino como árbol de Navidad
El origen de esta tradición tiene diferentes explicaciones, todas ligadas a prácticas de pueblos paganos que usaban a los árboles para honrar a sus Dioses. Según los historiadores, cuando los primeros cristianos llegaron a Europa, descubrieron que en las aldeas locales honraban a Frey, Dios del sol y la fertilidad, decorando un roble y realizando danzas a su alrededor.
Coincidentemente, esta festividad se celebraba cerca de la fecha de Navidad y, como parte de un esfuerzo de evangelización, San Bonifacio cortó este árbol y lo reemplazó por un pino. De acuerdo a la historia, el santo eligió este árbol para simbolizar el amor de Dios, decorándolo con manzanas (para representar a Adán y Eva) y con velas (como la luz de Jesucristo). Por otro lado, la forma triangular de esta especie de abeto se relaciona con la santísima trinidad.
Durante la Edad Media, esta tradición se expandió por toda Europa y desde allí a América.
Otra versión de la historia apunta a que diferentes culturas usaban a los pinos como representación de vida durante las duras épocas invernales, puesto que esta especie de árbol no pierde su verdor incluso en las estaciones más frías. Asimismo, para conmemorar el fin de un año, los pueblos escandinavos y germanos acostumbraban a poner afuera de sus casas un árbol para mantener alejados a los demonios durante todo el nuevo año.
En Chile, el periodista historiador, Juan Guillermo Prado, indicó en Radio Biobío que el primer árbol de Navidad fue instalado en una iglesia evangélica, despertando la indignación de los católicos, quienes acostumbraban a celebrar con modestas procesiones y oraciones, compuestas por un amplio número de personas afroracializadas.
