Fibras sustentables y tecnología en pos del uso eficiente del agua: el giro de la industria de la moda
La incorporación de insumos como el cáñamo de algodón, cuyo cultivo requiere 1/5 menos de agua que el algodón convencional, y la implementación de sistemas como Indigood, un método de teñido con espuma que utiliza un 90% menos de agua; dan luces del camino que seguirá esta industria.
Según la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), la industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo, solo superada por la pretrolera. Y es que, por ejemplo, un 20% de las aguas residuales del mundo provienen del teñido y el tratamiento de textiles.
En vista de ello, y al igual que otras industrias, la de la moda ha comenzado a implementar, cada vez más, medidas que apunten a disminuir la generación de residuos y, a su vez, a un mejor uso de los recursos, especialmente en cuanto al agua.
De esta manera, hoy suele ser más común el uso de algodón orgánico, prendas recicladas, retazos de telas que antes iban a dar a la basura y de diferentes fibras sustentables, principalmente en base a plantas. Con respecto a esto último, se destaca el uso creciente de cáñamo de algodón, cuyo cultivo requiere 1/5 menos de agua que el algodón convencional, y es muy resistente a las plagas, por lo que no necesita fertilizantes ni pesticidas. Además, sus raíces ayudan al equilibrio de los suelos, sin desgastarlos, protegiéndolos de la erosión.
Agua, un recurso escaso
Cerca de 2 mil millones de personas, es decir, el 26% de la población mundial, no cuenta con agua potable, una problemática que, entre otros aspectos, deja en evidencia la necesidad de cambiar la forma en que como sociedad nos relacionamos con este recurso, en pos de una mejor y más sostenible gestión de éste, en beneficio de todos.
En el caso de la industria de la moda, que emplea 93.000 millones de metros cúbicos de agua al año, la apuesta va principalmente en la incorporación de tecnología que permita un uso más eficiente del recurso hídrico. Por ejemplo, marcas como Wrangler están utilizando softwares de jeanología que permiten el monitoreo del agua, químicos y energía utilizada en la producción de cada prenda, lo que a su vez deriva en acabados responsables bajo certificación Earthwash.
Asimismo, esta y otras marcas como Lee, están empleando el sistema Indigood, que consiste en un método de teñido con espuma que utiliza un 90% menos de agua; y Crystal Clear, una técnica de teñido sostenible que utiliza menos productos químicos y sin sal, lo que deja un agua limpia y reciclable, y además utiliza hasta un 58% menos de agua en los procesos.
Poco a poco, el uso de sistemas como aquellos ha ido aterrizando en la industria de la moda, incluso en la chilena. De hecho, ”en la industria local yo creo que el tema de la sustentabilidad todavía va más ligado a los procesos, no tanto a los recursos materiales, principalmente por la escasez de recursos materiales que tenemos en Chile”, destacó la diseñadora de vestuario y vicepresidenta del gremio Moda Chile, Lupe Gajardo, en medio de una charla sobre moda sustentable organizada por Wrangler y Lee.