El dilema de Huachipato
Es imperativo que las autoridades actúen en este asunto, ya que el cierre de Huachipato tendrá impactos que trascenderán las fronteras de la empresa y afectarán a toda la región e incluso al país.
José Navarrete es director Magíster en Tributación. Director Ingeniería en Administración de Empresas, UNAB, sede Concepción
La Siderúrgica Huachipato ha sido un pilar económico inserto en el corazón de Talcahuano durante más de setenta años, arraigándose profundamente en la comuna y la región. Por lo tanto, no sorprendió la conmoción local y nacional causada por el cierre de operaciones de la planta, perteneciente al Grupo CAP, Compañía de Aceros del Pacífico, un temor largamente evitado por la región del Biobío. Huachipato no solo es crucial desde el punto de vista económico y laboral, sino que también despliega su influencia en ámbitos culturales y deportivos, como lo demuestran el Club Deportivo que lleva su nombre y la Corporación Artistas del Acero, entidades cuya existencia está íntimamente ligada a la siderúrgica. Se estima que más de 20 mil personas dependen directa o indirectamente de la empresa.
El cese de operaciones se atribuye a la “competencia desleal” del acero chino, que inunda el mercado mundial con precios por debajo del costo, según fuentes de la misma empresa. Este problema, recurrente en la prensa, resalta las desventajas competitivas que enfrentan las plantas locales frente a la eficiencia y bajos costos de producción de las fábricas chinas, que operan bajo regulaciones laborales, ambientales y de seguridad más laxas. Huachipato, que fabrica acero con materias primas provenientes de la actividad minera de otras empresas del Grupo CAP, ha enfrentado dificultades para competir en un mercado global desigual.
A pesar de que el cierre de la planta es un problema entre privados, su impacto trasciende al gobierno y a toda la región. Sin intervención estatal, podría desencadenar una crisis económica devastadora para la comuna y sus alrededores, afectando no solo a los trabajadores, sino también a los proveedores, empresas contratistas y pequeños negocios que dependen de la actividad de Huachipato. Este cierre tendrá repercusiones duraderas, similar a lo ocurrido décadas atrás en la zona del carbón, cuyos efectos aún se sienten en esas comunas.
Se han propuesto diversas soluciones, como aplicar salvaguardas contra el acero chino o incentivar a las mineras nacionales a adquirir acero producido en Talcahuano. Sin embargo, la naturaleza de las empresas productivas como Huachipato implica altos costos fijos y una necesidad de producción elevada para ser económicamente viables, lo que dificulta soluciones parciales o intermedias.
Es imperativo que las autoridades actúen en este asunto, ya que el cierre de Huachipato tendrá impactos que trascenderán las fronteras de la empresa y afectarán a toda la región e incluso al país.