Arzobispado y cadáver en Ñuñoa: involucradas no son monjas o parte de una congregación
Lorenza Patricia Ramírez Barrera declaró al Ministerio Público que ocultó el cuerpo de Erica Alejandra Fernández Mora en una maleta como parte de un "pacto de amistad".
El Arzobispado de Santiago reaccionó a la aparición de un cuerpo de una mujer en la comuna de Ñuñoa, el cual fue dejado en la calle por una supuesta monja.
Los últimos antecedentes dan cuenta que una mujer de 80 años abandonó en la calle Los Talaveras el cadáver de su amiga de 58 años, que había fallecido hace un año atrás.
Además, se consignó que una de las involucradas era religiosa y una mujer laica perteneciente a una congregación.
Al respecto, el arzobispado aclaró que “la mujer adulta mayor que habita su domicilio particular en Nuñoa, no es religiosa, ni pertenece a un instituto de vida consagrada de la Iglesia Católica. Su hija, sí es religiosa y vino desde Italia, hace poco tiempo para cuidarla”.
“En relación a la mujer fallecida no tenemos registro de que sea religiosa, ni consagrada de esta Arquidiócesis”, agregó en una declaración pública.
En esta línea, el organismo espera que el Ministerio Público pueda “aclarar cuanto antes los hechos”.
“La Iglesia exhorta vivamente a la inhumación de los restos mortales, en la fe de la resurrección y por la dignidad humana dada por el Creador, respetando la legislación y normativa de cada Estado donde ella se encuentre”, sentenció el Arzobispado de Santiago.
Lorenza Patricia Ramírez Barrera declaró al Ministerio Público que ocultó el cuerpo de Erica Alejandra Fernández Mora en una maleta como parte de un “pacto de amistad”.
Sin embargo, desde la Fiscalía indicaron que “en algún momento de consciencia ella denota que su amiga está en una maleta y quiere darle una sepultura digna”.