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Actualizado el 6 de Mayo de 2024

Una nueva dimensión de la internacionalización: Fortaleciendo los lazos académicos en América Latina

Considerando que el sistema de educación superior en Chile cuenta con poco más de 1.3 millones de estudiantes, de los cuales 785 mil son universitarios, queda claro que existe un amplio espacio para el crecimiento y un desafío constante para el sistema universitario y técnico profesional en esta materia.

Por ello, es crucial que las Instituciones de Educación Superior (IES) se sumen a este impulso por la internacionalización.
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Ana Luz Durán

Ana Luz Durán es directora de Asuntos Internacionales Universidad San Sebastián.

América Latina, con su riqueza y diversidad cultural, nos insta a fortalecer los lazos educativos que promuevan un intercambio académico y estudiantil en la región. La internacionalización no solo enriquece la formación de nuestros estudiantes, sino que también potencia su empleabilidad y contribuye a la generación de conocimiento.

A nivel mundial, hemos sido testigos de un crecimiento exponencial en el número de estudiantes internacionales, pasando de 2 millones a más de 6.3 millones en 2020. Si bien nuestro país sigue la tendencia con cerca de 19 mil estudiantes chilenos cursando estudios en el extranjero este 2024 -lo que representa un aumento del 30% en la última década- aún nos encontramos rezagados en comparación con otros países de la región.

Considerando que el sistema de educación superior en Chile cuenta con poco más de 1.3 millones de estudiantes, de los cuales 785 mil son universitarios, queda claro que existe un amplio espacio para el crecimiento y un desafío constante para el sistema universitario y técnico profesional en esta materia.

La internacionalización es un pilar fundamental para mejorar la calidad y eficiencia de la educación superior porque promueve la aproximación a la excelencia. Se trata de un proceso integral que debe permear todas las áreas de la educación universitaria, incluyendo la enseñanza, la investigación, la vinculación con el medio y los servicios.

Los beneficios de la experiencia internacional se reflejan también en la inserción laboral. Estudios realizados por la CEPAL para América Latina y el Erasmus Impact Study para la Unión Europea han demostrado que el 79% de los alumnos que estudian en el extranjero encuentran empleo tras su graduación. Esto se debe en gran medida al desarrollo de habilidades blandas como la comunicación, el trabajo en equipo, la resiliencia y el liderazgo, así como a la posibilidad de dominar un segundo idioma, lo que amplía las oportunidades laborales.

El futuro de la movilidad estudiantil nos ofrece la oportunidad de combinar experiencias presenciales con oportunidades virtuales, enriqueciendo aún más la formación de nuestros estudiantes. Los cursos COIL (Colaborative Online International Learning) son un claro ejemplo de cómo la tecnología puede facilitar experiencias internacionales sin la necesidad de salir de casa.

Los nuevos criterios de acreditación contemplan el componente internacional, especialmente en doctorado y magíster, en la orientación de los estudiantes, en el resultado del proceso formativo, en el perfil del claustro académico y en la disponibilidad de recursos destinados a la internacionalización.

Por ello, es crucial que las Instituciones de Educación Superior (IES) se sumen a este impulso por la internacionalización. Esto implica no solo ajustar sus programas de pre y postgrado, sino también orientar a los estudiantes hacia esta dimensión, fortalecer el perfil internacional del cuerpo académico y destinar recursos adecuados para promover la internacionalización. Las universidades debemos trabajar de manera colaborativa para fomentar una formación integral de nuestros estudiantes y contribuir así al desarrollo de nuestra sociedad.

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