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Actualizado el 25 de Mayo de 2024

¿Un alcalde virtuoso? Huele a otra cosa

La retirada de Jorge Sharp parece ser más una maniobra táctica que un acto de ética política. Su discurso de convicción se desmorona ante la realidad de sus resultados y la percepción de los ciudadanos. Valparaíso necesita más que promesas incumplidas y retórica, necesita liderazgo efectivo y soluciones concretas a sus problemas crónicos.

Jorge Sharp Valparaíso Pero ¿es esta retirada realmente un acto de nobleza política o una estrategia cuidadosamente calculada para evitar una derrota inminente?
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Víctor Inostroza

Víctor Inostroza es investigador Fundación P!ensa

“Cumplir la palabra empeñada y con compromisos éticos”, declaró Jorge Sharp al anunciar que no se postulará para un tercer período como alcalde de Valparaíso. Según él, su decisión nace de convicciones profundas y del deseo de romper con la idea de que los políticos dicen una cosa y hacen otra. Pero ¿es esta retirada realmente un acto de nobleza política o una estrategia cuidadosamente calculada para evitar una derrota inminente? Creo que la respuesta a esta pregunta es la segunda opción: la retirada de Sharp es una maniobra táctica ante un panorama electoral desfavorable. A continuación, daré cuatro razones por las que considero que es así.

Primero, el contexto actual no favorece a Sharp. Durante su reelección de 2021, Valparaíso estaba sumido en el estallido social, y las consignas del alcalde resonaban con más fuerza. Hoy, los votantes están más preocupados por el fomento al trabajo, el crecimiento económico y la seguridad, áreas en las que Sharp ha demostrado una notable falta de respuesta. La Encuesta de Calidad de Vida 2023 en Valparaíso hecha por nuestra fundación es reveladora: solo el 6% de los encuestados evalúa positivamente la seguridad en la ciudad, y apenas un 18% considera seguros los parques y plazas de barrio. En cuanto a las condiciones laborales, Valparaíso es la comuna peor evaluada de la región en la encuesta mencionada.

Segundo, el cambio a un sistema de voto obligatorio representa un obstáculo significativo para Sharp. Durante las elecciones de 2016 y 2021, el voto era voluntario, permitiéndole movilizar eficazmente a su base fiel. En 2016, fue electo con una participación del 31,4% del padrón total. En 2021, votó el 40,16% del padrón total. Sin embargo, la reciente elección de Consejeros Constitucionales, con una participación del 77,71%, muestra un desafío monumental en el que Sharp tendría que convencer a muchos más votantes, desafío gigantesco considerando el estado actual de la comuna.

Tercero, desde su elección, la popularidad de Sharp ha disminuido constante y considerablemente. Según encuestas de Opinión Política la Fundación P!ensa, en 2017, el alcalde tenía una evaluación positiva del 49%. Hoy, solo el 21% de los porteños lo evalúan positivamente. Esta caída refleja un descontento creciente con su gestión, evidenciado por la percepción de inseguridad y la deficiente calidad del equipamiento urbano. Por ejemplo, en términos de limpieza de espacios públicos, solo el 9% de los encuestados tienen una opinión positiva, y apenas el 4% evalúan favorablemente las medidas contra el comercio ilegal.

Cuarto, Sharp ha perdido el apoyo de su antigua coalición, el Frente Amplio. Sus críticas abiertas y su carácter confrontacional han generado divisiones internas. Durante la proclamación de Carla Meyer como su sucesora, Sharp no dudó en acusar al Frente Amplio de aliarse con partidos responsables de la corrupción en la ciudad. Este aislamiento político que produce una división de la izquierda dejaba a Sharp en una posición vulnerable si quería volver a ser alcalde.

Respecto a las últimas declaraciones del alcalde sobre que “Valparaíso no huele a pichí”, muestran una desconexión total con la realidad porteña. Aunque no existen instrumentos para medir olores de manera precisa, como sí los hay para evaluar la aprobación y otros aspectos mencionados en esta columna, basta con caminar por las calles y avenidas porteñas para notar que el desagradable olor a baño que lamentablemente tiene la ciudad no se ha ido; es más, se ha intensificado en los últimos años. Este problema se agrava por la falta de cuidado de las calles, la escasa limpieza y mantención, y el abandono de sectores clave como Condell, Pedro Montt y el Barrio Puerto.

La retirada de Jorge Sharp parece ser más una maniobra táctica que un acto de ética política. Su discurso de convicción se desmorona ante la realidad de sus resultados y la percepción de los ciudadanos. Valparaíso necesita más que promesas incumplidas y retórica, necesita liderazgo efectivo y soluciones concretas a sus problemas crónicos.

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