Alza de las tarifas eléctrica: ¿Quién pagará la cuenta?

Gran debate público ha generado el alza en las cuentas de la energía eléctrica, cuyas nuevas tarifas comenzaron a regir a contar de este mes. Estimaciones iniciales, indican que el incremento debería moverse entre un 30% y un 50%. Dado que se trata de un aumento considerable es clave entender el origen de este problema y analizar la solución propuesta por el gobierno.

El problema nace a fines del 2019, en pleno estallido social, cuando el gobierno del presidente Piñera, con el objetivo de frenar un alza prevista en cerca de un 10%, establece un mecanismo de estabilización del precio de la energía, congelando, virtualmente, las tarifas por los próximos años. Antes de continuar, es necesario entender que el mercado eléctrico se compone por tres grandes eslabones: la generación, cuyo nombre lo indica, corresponde a las empresas que producen la electricidad, ya sea mediante el uso de agua, viento, sol, carbón, etc., la transmisión, cuyo rol es transportar la energía desde los puntos de generación, usualmente alejados de los grandes centros urbanos, hacia las ciudades. Finalmente, está la distribución, que finalmente llega a los hogares y es la cara visible de este problema.

En nuestra matriz energética, alrededor del 70% del precio final, se explica por la producción, un 20% por la transmisión y tan solo un 10% está atribuido a la función de distribución. En ese contexto, los mayores se originan “aguas arriba” en la cadena, vale decir, en la generación. De hecho, la estabilización de precios, en rigor es una deuda del Estado con las generadoras. En primera instancia, esta deuda no podía superar los 1.350 millones de dólares. Como este umbral se sobrepasó rápidamente, el actual gobierno del presidente Boric, a través de un nuevo decreto tarifario, volvió a congelar las tarifas y elevó la deuda hasta los 5.500 millones de dólares. Sin embargo, ya no es factible, económicamente, volver a congelar las tarifas sin que esto tenga una repercusión mayor.

El mercado eléctrico es bastante particular, puesto que se trata de un monopolio natural, vale decir, donde es más eficiente tener pocos oferentes, puesto que existen barreras de entrada importantes, como la inversión y la necesidad de tener un número importante de clientes para que el negocio sea rentable para los distintos actores. Esta falta de competencia hace que sea necesaria una regulación más potente, materializada en nuestro país a través de organismos como la SEC y el Ministerio de Energía.

El Gobierno ha planteado aumentar la cobertura del subsidio eléctrico, orientado a familias de más bajos ingresos. Esto tiene un sentido económico, pero más bien político, puesto que esta alza también se hará presente en las empresas e industrias, las verán aumentados sus costos considerablemente, mayores costos que serán incorporados, en la mayoría de los casos, a precio y serán pagados por las mismas familias. Necesariamente, hay que buscar una solución de fondo, toda vez que el alza, no solo se explica por factores internos, sino que también por elementos foráneos. También se debe considerar que el subsidio debe tener una fuente de financiamiento, tratando de no descuidar otras necesidades del país.