Síntomas de depresión se incrementan por primera vez desde la pandemia en la zona central, según estudio Achs-UC
El estudio también mostró que hay cerca de 265 mil personas, en las regiones de Valparaíso, O'Higgins y Maule, con esta sintomatología que no han sentido la necesidad de consultar con un profesional de la salud mental.
La novena entrega del estudio, “Termómetro de la Salud Mental en Chile Achs-UC”, reflejó que un 14,9% de las personas que viven en la zona centro del país presentaron sintomatología depresiva en abril de 2024 de acuerdo con los resultados obtenidos.
La cifra es 5 puntos porcentuales más alta que la evidenciada en la edición anterior, de diciembre de 2023, y es la primera alza desde abril de 2021, uno de los puntos más álgidos de la pandemia. El aumento se explica por la importante subida en hombres, que pasaron de un 5,9% a un 15,1%; las mujeres por su parte tuvieron un crecimiento leve (de 13% a 14,7%).
La situación exhibida en las regiones del centro del país contrasta con lo visto en las zonas norte y sur, donde la prevalencia de este factor se mantuvo prácticamente igual a la octava ronda del estudio.
“De ahí la importancia de analizar los datos de salud mental a nivel de macrozonas. El análisis a nivel nacional sugiere que hay una disminución de la prevalencia de síntomas de depresión en la población, con respecto a fines del 2023. Sin embargo, el análisis por macrozonas muestra que la variación entre los dos periodos es mínima en las macrazonas Norte y Sur, y significativa en la zona Centro. Lo que apreciamos en el Centro es un alza en síntomas de depresión, alza particularmente marcada en hombres, entre quienes la prevalencia llega casi a triplicarse”, destaca Antonia Errázuriz, académica de la Escuela de Medicina UC.
El estudio también arrojó que el 65,1% de quienes fueron detectados con síntomas de depresión no sintieron necesidad de tratarse, lo que se traduce a un número cercano a 265 mil personas. En los últimos doce meses, el 22,6% de quienes presentaron esta sintomatología consultó con un profesional de la salud mental, y actualmente el 11,4% se mantenía en tratamiento.
“En las últimas rondas hemos visto la alta cantidad de personas que, aun teniendo síntomas, no han consultado con un experto, y en la zona centro vimos que hubo un aumento en ese sentido. Esto nos indica que todavía queda trabajo por seguir concientizando sobre la importancia y los beneficios de tratar este tipo de problemas, que las mismas personas que consultan valoran mucho”, comenta Daniela Campos, jefa Técnica de Riesgos Psicosociales de Achs Seguro Laboral.
En efecto, el estudio reveló que el 83% indicó que el tratamiento había hecho que mejorara su situación respecto del problema específico que les llevó a consultar, y el 79,4% dijo sentirse “bastante”, “muy” o “completamente” satisfecho con su profesional tratante. En cuanto al cambio emocional, el 46,9% dijo estar muy o bastante mal antes del tratamiento, cifra que disminuyó en 38 puntos luego de acceder a una terapia.
David Bravo, director del Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales indicó que “este generalizado mejoramiento producto del tratamiento en salud mental es un claro indicador del impacto que este puede tener en la calidad de vida de las personas. Del mismo modo, permite sugerir la importancia de una política pública de salud preventiva en materia de salud mental que pueda tener como beneficiarias a las 265 mil personas de la zona centro que no han reconocido la necesidad de consultar a un especialista del área”.
Otros indicadores
Además de lo observado con los síntomas de depresión, las regiones de Valparaíso, O’Higgins y El Maule también vieron un incremento en otros factores medidos, como la ansiedad, que llegó a un 27,6%, siendo la zona con mayores índices de ese malestar psicológico en el país. Otro factor que vio un aumento significativo fue el sedentarismo, que subió casi nueve puntos porcentuales respecto de la ronda anterior, llegando a un 35,4%.
Por otra parte, la presencia o sospecha de problemas de salud mental (13,2%), el insomnio (8,3%) y el consumo de riesgo de alcohol (8,2%) tuvieron cifras muy similares a lo observado en diciembre del año pasado.
Donde se vieron mejoras fue en los índices de soledad, que bajó de un 18,1% a un 16,8% en, siendo la tercera entrega consecutiva en la que se ha visto una disminución este factor, llegando a la prevalencia más baja desde que se ha medido en este estudio.