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22 de Octubre de 2024

A escribir

El Monsalve-gate es el colmo de errores, chambonadas y, en caso de comprobarse que cometió la violación sería una prueba más que estamos des-manejados por un grupo de aficionados imberbes que encima cometen crímenes. Y lo peor, que hay otros crímenes que están sido tapados, disfrazados y/o empujados al canasto de los olvidos.

Presidente Gabriel Boric Manuel Monsalve Violación AGENCIA UNO
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Tomás Szasz

es filósofo

Los acontecimientos de la semana que acaba de terminar me hacen sentir como que estoy viajando en un bus (Chile) que tiene al volante a un alumno que está practicando para sacar el carnet de conducir. Y encima, que está manejando tan mal que permanentemente tengo la sensación que chocaremos o volcaremos. Y más encima, a quienes tratan de decirle que conduzca mejor, los está reprimiendo a gritos.

El Monsalve-gate es el colmo de errores, chambonadas y, en caso de comprobarse que cometió la violación sería una prueba más que estamos des-manejados por un grupo de aficionados imberbes que encima cometen crímenes. Y lo peor, que hay otros crímenes que están sido tapados, disfrazados y/o empujados al canasto de los olvidos. La insólita reacción del propio presidente al enterarse de la denuncia es rayana a delito. A ese punto hemos llegado.

Personalmente, lamento mucho lo del ex-subsecretario Monsalve, cuya actuación parecía ser de los pocos aceptables si no el mejor en este Gobierno de improvisaciones, ya que desempeñó un papel más que positivo y virtualmente reemplazaba a una titubeante ministra de Interior. Además estaba a cargo del peor de los problemas que nos acosa: la seguridad, aunque en ese aspecto no puede anotarse muchos tantos. Sea como sea, él está acabado y el exministro que lo reemplaza no tiene la pinta de poseer las mismas habilidades políticas.

Solo quisiera reflexionar un poco de lo que aparentemente pasó. La denunciante cuenta que Monsalve una vez la besó en la boca y así comenzó el supuesto acoso. Qué pena que se calló, aunque es comprensible: su trabajo pudo estar en peligro. Invitar a comer a un restaurante a una subordinada difícilmente puede interpretarse como una reunión de trabajo y consumir alcohol menos aún. Según ella y el mismo Monsalve reconocen, perdieron la noción de la conciencia, que lo indujo ir a un hotel donde pasó lo que pasó – o no pasó – y llevó al escándalo que conmueve al país y hace temblar hasta al presidente y su Gobierno.

Independientemente de si la denunciante mostró alguna disposición, y si la mostró era por temor a que la despidan, UN SUBSECRETARIO DE LA NACIÓN NO PUEDE PERMITIRSE SEMEJANTE COMPORTAMIENTO, pues desde lo que se señala como principio, hasta despertarse la víctima en el hotel y sentirse abusada, todo el asunto es la actitud de un farandulero que se bajo la protección de su investidura y se siente autorizado llevar a una subordinada a esa situación; haya o no cometido el crimen, demostró que no tiene el mérito de ocupar ningún cargo oficial; y si lo cometió, debe pagarlo con el máximo rigor sin duda alguna.

Además, abusó de su condición de subsecretario, no sólo revisando la grabación de las cámaras – a lo que el encargado accedió ya que lo ordenó una autoridad… – sino voló a Concepción para aclarar con su familia lo que puede pasarle. ¿Aclarar qué? ¿Algo que no se puede comunicar por teléfono? Y lo peor de todo: avisó a su amigo Boric quien – ¡el colmo de los colmos¡ – estuvo de acuerdo con su viaje en vez de inmediatamente despedirlo y permitió que abuse hasta el último momento de su poder al usar un avión de Carabineros! ¿Cómo un presidente puede mandar a un violador a aclarar su situación con su familia en vez de inmediatamente despedirlo? ¡¿Cómo una ministra de Interior puede pronunciar una frase tan estúpida que no lo despidieron de inmediato por HUBO QUE BUSCARLE UN SUSTITUTO?! ¿ESTA GENTE NOS GOBIERNA?

¿Se dan cuenta de todo el embrollo que pasó? Sería tragicómico si no incluiría un crimen, una supuesta violación. Y pensar que aún quedan algo así como dieciséis meses para que este Gobierno, que se está transformando en el peor de la historia chilena, se vaya. Promesas incumplidas. Volteretas de 180 grados. Chascarros, escándalos y metidas de pata. Robos de billones de fondos de fundaciones sin culpables. Proyectos de reformas que atentan contra el futuro del país.

Mientras el que está a cargo de la seguridad se va de copas y después abusa de la que emborrachó, en la calle ejecutan decenas de personas, roban decenas de vehículos, asaltan hogares de ancianos a quienes maltratan y se cumple la “norma semanal” establecida por Tohá de más de 20 asesinatos; acuchillan a un anciano para robarle ¡UNA VIEJA BICICLETA! Andan en patotas de media docena o más, drogados y sin el menor escrúpulo, piedad, sembrando el terror en pleno día en calles concurridas… Reina el crimen pandillero, da terror caminar por la ciudad. La gran aria NESSUM DORMA de la inmortal ópera de Puccini se transformó en nuestra pesadilla nocturna mientras el que estaba al mando de la seguridad se emborracha en compañía de una de sus colaboradoras y después… Y aún ni mencioné al crimen organizado, al narco, que ya es propietario indiscutido de gran parte del país.

¿Qué hizo este gobierno para siquiera frenar el delito? TOLERANCIA CERO. Eso es lo que debe imponerse inmediatamente. El exministro de justicia que tomó el lugar del defenestrado ¿acaso tiene la más mínima capacidad para hacerlo? ¿Dónde está el tan mentado Ministerio de Seguridad y las fuerzas especiales para luchar contra el crimen organizado? ¿Qué hacen los legisladores además de pelearse por lo que son nimiedades comparadas con lo que ocurre?

Pongo las alarmas, preparo la llamada de urgencia a Carabineros, coloco el bate al lado de mi cama y me pongo a rezar que mañana me despierte sin novedad.

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