Se necesita más que un Sernac financiero
Es verdad que con las ventas atadas los problemas se multiplican por el número de productos que se contratan. Pero el propio Gobierno le ha mostrado el camino de salida a los bancos.
Es verdad que con las ventas atadas los problemas se multiplican por el número de productos que se contratan. Pero el propio Gobierno le ha mostrado el camino de salida a los bancos.
La distinción entre “ventas atadas” y “ventas conjuntas” significará que los bancos ofrecerán los productos por separado y con altos precios que nadie comprará, y además ofrecerán “ventas conjuntas” con condiciones “más favorables”. Gatopardismo puro y duro, como hacer que las cosas parezcan distintas para que todo siga igual. Y así volvemos al mismo punto: el abuso a los consumidores.
Los problemas que sufren los consumidores en el mercado financiero están detallados en la cuenta pública del Sernac 2005-2010. Estos son:
- El “confusopolio”, es decir, la competencia por confusión y no por claridad en la información. Hoy los consumidores no tienen información clara que les permita tomar decisiones (por ejemplo, el precio de un crédito es la suma de tasa de interés, comisiones y seguros). Y sin información clara no hay libre elección, y sin libre elección no hay competencia;
- Los cambios unilaterales de las condiciones de contratación, es decir, que les cambien las reglas del juego cuando quieren y porque sí, por ejemplo, al subir el precio de las comisiones; y
- Los cobros indebidos.
Entonces, el desafío es poner fin a estos abusos. Veamos. La ley establece el derecho de los consumidores a recibir una información clara antes de comprar, prohíbe las modificaciones unilaterales y los cobros indebidos. Entonces, existen reglas del juego pero no se respetan por los jugadores. ¿Por qué?
Varias razones: reclamar no es gratis (cuesta tiempo y plata) y muchas veces sale más caro el remedio que la enfermedad; el Sernac es como un guardalíneas que levanta la banderola y trata de convencer al árbitro (en este caso los Tribunales de Justicia); y las sanciones son bajas por lo que es más barato pagar la multa que cumplir la ley.
Además, la “nueva forma de fiscalizar”, la del borrón y cuenta nueva, agrava los problemas. Pensemos en el “perdonazo” del Sernac a los bancos, que anuncian eliminarán de sus contratos las cláusulas abusivas pero sin devolver a los consumidores todo los cobros abusivos hechos amparados en esas cláusulas. Y todo esto, lamentablemente, no lo resuelve el proyecto de Sernac financiero presentado por el Gobierno. Ahora, el Congreso tiene la palabra.