Shai Agosin: el nuevo Zaliasnik de la Comunidad Judía

Shai Agosin nunca fue la primera opción para reemplazar a Gabriel Zaliasnik, el actual presidente de la Comunidad Judía de Chile (CJCh). Quienes manejaban el tema, comentan que el candidato favorito de la directiva era Daniel Farcas, el segundo de Zaliasnik.

 

Sin embargo, habría perdido automáticamente su posibilidad de sucederlo tras el escándalo en el que se vio involucrado como rector de la Uniacc, en abril del año pasado, luego de las irregularidades detectadas en el uso de recursos destinados a becas Valech en esa universidad.

 

Pero a finales de enero, Zaliasnik y sus cercanos definieron el perfil que debía tener su sucesor: joven, con fácil llegada a los medios y, en definitiva, un continuador del trabajo que durante cuatro años realizó el abogado cercano a la UDI. Las opciones eran dos: el magnate y dueño de Ripley, Lázaro Calderón, y Shai Agosin. 

 

 
Una fuente de la comunidad explica por qué optaron por Agosin: “hay una apuesta grande por el tema generacional. Tenía que ser alguien en esa línea. Antes, el cargo era la coronación de una carrera comunitaria intensa, pero hoy queremos que tenga mayores desafíos”. 

 

Como si no bastara con los que deja implícitos el sello de Zaliasnik: su férrea pelea contra cualquier atisbo de antisemitismo en los medios, su esfuerzo por visibilizar la agrupación y su fluido contacto con los partidos -además de un par de intentos con La Moneda-, le costaron caro. Amenazas a su correo y en su propia casa, inclusive, afectando incluso a su familia.

 

Aunque las mismas fuentes de la comunidad reconocen que Agosin “siempre ha tenido una participación activa”, públicamente es conocido por variables ajenas a su religión. La primera mitad de los 90 condujo la versión chilena del programa Club Disney, en Canal 13. En paralelo, fue gerente general de la empresa familiar, Agosin Cueros, hasta que una simple pregunta lo hizo cambiar de rumbo. 

 

Una cadena multinacional de la industria del entretenimiento quería hacer un evento en un mall santiaguino, y le preguntó al entonces animador si tenía una productora. Agosin le mintió para adjudicarse esa actividad, la organizó con  éxito y, al terminar, supo que ahí estaban su carrera y el dinero. Lejos de los estudios de sicología que cursó en la Universidad Diego Portales, en la segunda mitad de los 80. 

 

Sin experiencia en el rubro, formó una productora con su apellido como nombre. Su primo Gabriel Agosin pasó a ser su socio y mano derecha, y hoy no sólo organizan eventos: generan estrategias de marketing con merchandising, manejan licencias de distintas marcas en Chile -con la cartera más amplia del país, incluyendo a Nickelodeon y Discovery Channel- y colaboran con producciones audiovisuales, partiendo por la película del mismo Agosin, El Brindis (2008), e incluyendo a 31 Minutos, una película de la serie de Canal 13 Amango y otros programas infantiles de TVN.

 

Todos rubros muy distintos a los que deberá acercarse estando a la cabeza de la CJCh. Comenzando por los partidos -a Agosin no se le conoce militancia alguna-, siguiendo por las peleas legislativas que le incumban -como la Ley contra la discriminación, que descansa desde hace más de 10 años en el Parlamento- y sumando la contingencia, de la cual Zaliasnik estaba siempre bien informado e intentaba opinar cada vez que tenía un micrófono o una grabadora frente a él.

 

Su periodo de dos años comienza en marzo, y fuentes cercanas al actual presidente de la comunidad dicen que éste se ha mostrado dispuesto a ayudarlo a iniciarse en el cargo. Pero eventualmente, Agosin tendrá que saber arreglárselas solo. La prueba de fuego será su “debut en sociedad”, cuando -apenas oficializado en el cargo- reciba a una comitiva judía estadounidense que visitará el país a finales de marzo o comienzos de abril.