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26 de Febrero de 2011

Los 5 hábitos más molestos del espectador en el cine

El celular, ese maldito aparato

 

La verdad es que desde que aparecieron los teléfonos móviles la experiencia de asistir al cine cambió mucho. En un principio se mantuvo la precaución, por parte de los usuarios, de apagar el celular dentro de la sala. Sin embargo, esta costumbre casi se perdió y ya no es raro encontrarse en una sala con gente hablando por teléfono, enviando mensajes de texto o usando internet en plena película. 

Por Redacción
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El celular, ese maldito aparato

 

La verdad es que desde que aparecieron los teléfonos móviles la experiencia de asistir al cine cambió mucho. En un principio se mantuvo la precaución, por parte de los usuarios, de apagar el celular dentro de la sala. Sin embargo, esta costumbre casi se perdió y ya no es raro encontrarse en una sala con gente hablando por teléfono, enviando mensajes de texto o usando internet en plena película. 

 

Las cenas dentro del cine

 

La idea de entrar a la sala con comida es, cuanto menos, controversial. siempre se entró con comida al cine, ya sea con cabritas o con un paquete de maní. Sin embargo, en los últimos años la idea se fue degenerando. Primero fueron los m&m’s, para luego entrar a la sala con pizzas, sánguches, alitas de pollo y vasos de bebida extra large. Hoy ya casi se puede entrar con un plato de cazuela, claro, siempre y cuando sea comprado dentro del lugar. 

 

El problema de este nuevo menú dentro de la sala no es tanto la comida en sino, todo lo que deriva de ello. El concierto de crunchs provocado por los baldes de cabritas, el olor a queso artificial que acompaña a los nachos, las bolsas de papas fritas; nada de eso contribuye a mejorar la experiencia dentro de la sala. 

 

El paseo de la fama

 

Extrañamente, en las salas de cine hay un tipo de espectador que está más pendiente de subir y bajar las escaleras más que de ver la película. Como si esta fuera sólo un estorbo en su estadía dentro de la sala, gustan de desfilar por la alfombra que los lleva desde la puerta de entrada hasta su asiento cuantas veces sea necesario. Uno tendería a pensar que esta actividad termina en el mismo momento en que se apagan las luces y comienza la película. Sin embargo, uno se equivoca. El ida y vuelta (nadie sabe si al baño, al carro de dulces, a entregar entradas a algún desconocido) suele acentuarse entrados los títulos de presentación y puede extenderse hasta bien entrada la película.

 

Las reuniones dentro de la sala

 

Otro de los hábitos que se están extendiendo por nuestras salas de cine, es la charla grupal. Desde los que tienen conversaciones telefónicas hasta diálogos enteros sobre los problemas de oficina o si Pedro consiguió entradas para la película. Es cada vez más común encontrarse con gente que va al cine y no ve la película, sino que lo utiliza como una excusa para encontrarse con alguien. 

 

Los odiosos que se quejan de todo

 

Bueno, una de las categorías tenía que tocarle a la gente que se queja de absolutamente todo lo que pasa dentro de la sala de cine. Está claro que es un espacio donde se deben reducir las distracciones para poder aprovechar la película, pero la verdad es que no hay lugar en el mundo (y menos en una sociedad cada vez más inquieta y acostumbrada al multitasking) donde 100 personas puedan mantenerse en absoluto silencio. 

 

 

Vía 5 habitos molestos del espectador de cine en www.conexionbrando.com 

 

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