Brasil entra en ebullición con el carnaval
En Río de Janeiro, que celebra la fiesta más emblemática, la apertura del jolgorio la hizo el Rey Momo, figura simbólica considerada dueña del carnaval, que "controlará" las locuras y desmanes de los juerguistas durante los cinco días de celebraciones.
En Río de Janeiro, que celebra la fiesta más emblemática, la apertura del jolgorio la hizo el Rey Momo, figura simbólica considerada dueña del carnaval, que “controlará” las locuras y desmanes de los juerguistas durante los cinco días de celebraciones.
“Declaro abierto oficialmente este maravilloso y fantástico carnaval de Río de Janeiro”, dijo el monarca después de recibir las llaves de la ciudad de manos del alcalde Eduardo Paes en un acto al que acudió en compañía de la reina y las dos princesas de la corte.
El Rey Momo, elegido en un concurso popular, es representado cada año por un hombre gordo y risueño con grandes dotes para bailar samba y con la energía suficiente para aguantar el intenso ritmo festivo de estos días.
Figura tradicional del carnaval, el origen del monarca está en la mitología griega como hijo del sueño y de la noche, que fue expulsado del Olimpo por su carácter bromista y por burlarse de las otras divinidades.
Acogido por la fiesta brasileña, al Rey Momo se le considera el “dueño del carnaval” porque dicta el ritmo a todos aquellos que, cautivados por la samba, están dispuestos a celebrar por todo lo alto.
Con la apertura oficial, la atención se centra en el espectacular desfile del Sambódromo, donde las doce escuelas de samba del grupo especial, la máxima categoría del carnaval carioca, se presentarán durante las noches de los próximos domingo y lunes.
Cada agrupación pondrá en escena una alegoría temática a través de carrozas, de miles de bailarines y de animadas orquestas que alucinarán al público en un derroche de alegría, luces, música y color.
Pero mientras llega la hora de la gran velada en el Sambódromo a la que asistirán cada noche unas 70.000 personas, centenares de miles de cariocas y turistas se divierten en las calles de Río de Janeiro al compás de “blocos” o comparsas.
La tradición del carnaval en las calles, que había perdido fuerza en los últimos años del siglo XX en Río de Janeiro ha recuperado su esplendor y este año cerca de medio millar de orquestas callejeras se encargarán de animar a las multitudes ávidas de diversión.
Multitudinarios son también los festejos en las ciudades del noreste del país, principalmente en Salvador, Recife y Olinda, donde desde la noche de jueves miles de personas salieron a las calles para seguir a grupos musicales.
En Salvador, capital del estado de Bahía, los tradicionales “tríos eléctricos” (enormes tarimas móviles montadas sobre camiones) salieron a las calles seguidos por gente de todas las edades que bailan al ritmo del axé, típico de esa región del país.
El amanecer de hoy en Recife, capital del estado de Pernambuco, fue animado por más de 4.000 personas que se sumaron al bloco “Club dos rapazes inocentes” (Club de los chicos inocentes) bajo el ritmo del frevo, la música más bailada en esa zona.
La fiesta en Recife alcanzará su cenit en la mañana del sábado cuando salga a las calles el bloco “Galo da madrugada”, encabezado por un colorido gallo de 26 metros de altura que está inscrito en el libro Guinness de los Récords como el mayor de su género en el mundo.
Según los organizadores de esta comparsa, este año esperan llevar a las calles del centro de Recife a más de 1,6 millones de personas para superar su propio registro mundial.
El carnaval contagia con su alegría y desenfreno hasta a los habitantes de Sao Paulo, la capital económica y financiera del país, donde esta noche comenzará el desfile de las escuelas de samba del grupo especial, que se prolongará hasta el amanecer del domingo.
Río de Janeiro tomará el relevo de los desfiles el domingo por la noche, cuando las primeras seis de las doce escuelas de la máxima categoría carioca entrarán en escena en un espectáculo digno de Hollywood que sólo concluirá en la madrugada del martes, día en que el carnaval bajará el telón.