Las 10 mejores naves de la ciencia ficción, según El Dínamo
Después de que el canal SyFy publicara su lista de las 50 mejores naves de la historia de la ciencia ficción, revistas como Wired y sitios como Filmcritics se han subido al carro. ¿Navemanía? Algo así. Como en El Dínamo algunos (no pocos) creen en extraterrestres y cosas raras, elaboramos nuestro propio ranking. Y con chilenos incluidos.
Después de que el canal SyFy publicara su lista de las 50 mejores naves de la historia de la ciencia ficción, revistas como Wired y sitios como Filmcritics se han subido al carro. ¿Navemanía? Algo así. Como en El Dínamo algunos (no pocos) creen en extraterrestres y cosas raras, elaboramos nuestro propio ranking. Y con chilenos incluidos.
1.- Nostromo (Alien):
O USCSS Nostromo para ser exactos. Ni siquiera es una nave, sino una especie de gran container empujado por un pequeño remolcador. Uno de los tantos cargueros de “la compañía”, con menos gracia que un mercante anclado en Talcahuano, pero bueno, un día acudió a un llamado de auxilio en un planetoide, encontraron unos huevos y el resto es historia. Su nombre original era Leviatán, pero el director lo cambió por su fanatismo por el escritor Joseph Conrad.
2.- Millenium Falcon (Star Wars):
No tiene lógica, ni siquiera una forma con sentido, básicamente es una “hamburguesa metálica”, con dos protuberancias al frente y una carlinga, plagiada del bombardero Boeing B-29 a un costado. Es tan fea como famosa y digan lo que digan, su protagonismo en la sagrada trilogía está a la par con el de su famoso comandante, Han Solo (Harrison Ford). La trivia dice que se trata de un carguero corelliano YT-1301 “tuneado” tanto por Solo, como por sus anterior dueño: Lando Calrissian. Dato extra, su nombre es un enigma sin resolver, ya que no hay halcones en la galaxia de Star Wars.
3.- SDF-1: (Robotech/Macross):
O Super Dimensional Fortress-1, la nave más poderosa del universo, una fortaleza espacial creada por Zor y usada para robar la protocultura a los Maestros de la Robotecnia. Esta mole de kilómetro y medio de largo terminó estrellándose en la Tierra, en una isla cerca de Australia en 1999, y reconstruida por la ONU, que entre otras cosas le añadió un par de Portaaviones como brazos, porque claro, la nave se transforma en una especie de robot gigante para enfrentarse a combos con sus oponentes. Está capacitada para crear “pliegues espaciales” a través de los cuales puede superar la velocidad luz y su arma principal es un cañón de rieles dobles más potente que la Estrella de la Muerte. Mejor instante: cuando sola –y mientras MinMey canta “We Will Win”- derrota a la armada de cuatro millones de naves Zentraedi. Fue dañada en el acto, pero la victoria fue más épica que todo El Señor de los Anillos.
4.- Galáctica (Battlestar Galactica, versión 2003):
La más vieja de la clase Battlestar, suerte de portaaviones museo, que funcionaba con tecnología análoga y estaba destinada a convertirse en un monumento a glorias pasadas, hasta que su propia tecnología de cables la salvó durante el ataque de los Cylon. Desde entonces se las ha arreglado para ayudar a la supervivencia de la humanidad ante los continuos ataques de los Cylon. Mejor instante, cuando ataca en caída libre Nueva Cáprica, suelta sus naves de ataque y realiza un salto hiperespacial en la atmósfera. Una nave es grosa, pero no más que su capitán, y Adama (Edward James Olmos) es un titán. En realidad acá la nave es Adama, sin él, es solo un traste feo.
5.- USS Enterprise (Star Trek):
La Enterprise original, la NCC-1701 de la serie de los sesenta, reimaginada por J.J.Abrams hace dos años. Base de todas las Enterprise que vinieron después. La trivia indica que es un crucero pesado de clase Constitution, mezcla entre nave de exploración intergaláctica y acorazado de guerra. Navalmente su diseño es perfecto, una sección platillo para la tripulación, un cuerpo para los motores y el transporte y vainas con aceleradores de antimateria. Ninguna nave de la flota tiene más historias, también ninguna otra se mueve mejor a través de eso que los Trekkies llaman velocidad WARP y que para ser honesto, nunca he entendido. Instante para gloria: cuando en 1976 los fanáticos de la serie lograron, con apoyo del presidente Carter, cambiar el nombre del primer Transbordador Espacial de la NASA de Constitution a Enterprise.
6.- Yamato (Space Battleship Yamato):
La idea es fascinante. En el año 2199 un ataque extraterrestre devasta la Tierra. Años después alienígenas benignos nos regalan tecnología para construir naves de guerra y los terráqueos no encuentran nada mejor que reflotar al Yamato (acorazado japonés hundido en la 2ª Guerra Mundial) para adaptarlo al espacio. Legendarias son las secuencias del Yamato disparando todos sus cañones, pura fuerza y garra retrofuturista. Cuando nos invadan, los chilenos tenemos que hacer lo mismo con el Latorre, aunque claro, como nosotros lo vendimos como chatarra, seria más complejo reconstruirlo.
7.- TARDIS (Dr.Who):
Una cabina telefónica londinense que esconde la nave más poderosa del espacio y el tiempo. Por dentro es kilométrica, por fuera una tontera casi insignificante. TARDIS, más que una nave es la manifestación material de un túnel espacio temporal, de hecho puede llevar a sus tripulantes a cualquier parte de lo existente e inexistente a la velocidad del pensamiento. Aunque puede tomar cualquier forma, un daño ocurrido durante la década de los 60 la dejó con el aspecto permanente de la cabina telefónica. Aunque no lleva armas, tal como las entendemos, su sistema de defensa literalmente supera cualquier artilugio diseñado por inteligencia alguna, incluidas todas las naves de esta lista.
8.- Discovery 1 (2001):
La primera nave interplanetaria construida por la humanidad para alcanzar mundos más allá de Marte. Básicamente es una esfera que lleva a la tripulación en estado de hibernación y que está conectada a un reactor nuclear a través de un largo aguilón, para evitar la contaminación radiactiva. La nave, en realidad, no importa tanto; lo relevante es su personalidad, controlada por HAL 9000, la inteligencia artificial más carismática de la historia del cine. “Tengo miedo Dave, sé que últimamente no he tomado decisiones correctas” (después de haber asesinado a un miembro de la tripulación) son dos de las mejores y más frías líneas vistas y escuchadas en pantalla. La nave es Hal y Hal es la nave. La trivia indica que el nombre HAL viene por ser estas tres letras las que continúan a IBM en el alfabeto.
9.- Cinto Espacio Temporal (Mampato):
La genial creación de Oscar Vega y Themo Lobos no necesitaba de una nave para viajar a cualquier punto del espacio y el tiempo. Como el TARDIS del Dr. Who, el cinto espacio temporal que Xse le dio a Patricio (verdadero nombre del personaje) le permitía ir a donde quisiera, también hablar con cualquier raza de esta u otras tierras. Tal vez no sea un objeto de formas aerodinámicas, pero si sacamos cuentas, la capacidad del CEP para trasladarse a través de túneles cuatridimensionales supera las prestaciones del Falcon o del Enterprise y sin tanta chatarra. Su sistema defensivo y ofensivo, un cavernícola llamado Ogú, es finalmente más efectivo que un rayo de partículas.
10.- Manuel Rodríguez (en el libro Pacha Pulai):
Un biplano Sánchez Besa de 80 HP, bastante normal para la época de no haber sido tripulado por el teniente Alejandro Bello en 1914. La “nave” se extravió en un vórtice espacio temporal y fue disparada a una ciudad perdida en Los Andes, llamada Ciudad de los Césares. Aunque no le sirvió para regresar al presente, sin el Manuel Rodriguez, Bello no habría protagonizado la aventura que lo hizo famoso (en la versión, claro está, del novelista Hugo Silva).
BONUS TRACK
Navegantes (Dune):
No son las naves, sino los pilotos, pero en este caso es lo mismo, ya que en el universo de Dune, creado por Frank Herbert en 1965, las naves son extensiones tecno-orgánicas de sus tripulantes. Los Navegantes son humanos mutados por su adicción al gas naranja de la especia Melange y convertidos en una especie de híbrido entre feto humanoide y pez, capacitados mentalmente para encontrar las mejores rutas a través del cosmos, pudiendo además plegar el espacio y el tiempo dentro de su cabeza, para así llevar su carga a cualquier lugar del universo sin moverse.