Hirohito entre los escombros
Embarrado entre los restos que dejó el paso del tsunami en Japón, que siguió al terremoto de 9º en la escala de Ritcher el pasado viernes, apareció una reliquia histórica: un retrato del ex emperador Hirohito y su esposa, la emperatriz Kojun.
Embarrado entre los restos que dejó el paso del tsunami en Japón, que siguió al terremoto de 9º en la escala de Ritcher el pasado viernes, apareció una reliquia histórica: un retrato del ex emperador Hirohito y su esposa, la emperatriz Kojun.
Las imágenes, enfrentadas la una a la otra y enmarcadas sobriamente, aparecieron entre los escombros esparcidos en la localidad de Sendai, epicentro del movimiento telúrico. A pesar de que no se sabe de qué fecha datan los retratos, cabe recordar que el emperador gobernó Japón entre 1926 y 1989.
Paradójicamente, en el contexto de la ayuda humanitaria que está recibiendo Japón de países como Estados Unidos, uno de los hitos que destacan en el imperio de Hirohito es el ataque al puerto norteamericano de Pearl Harbor, en Hawai, en 1941.
A pesar de que Fumimaro Konoe, el entonces Primer Ministro japonés, no apoyaba la idea, Hirohito secundó la intención del jefe de gabinete, Kenji Tomita. Éste, de hecho, reemplazó a Konoe desde el 16 de octubre de 1941. Y el 1 de diciembre, en una Conferencia Imperial celebrada en Tokio, Hirohito aprobó oficialmente el inicio de la guerra.
Otro de los países con los que Japón ha tenido una relación históricamente tensa es China, de quien también ha recibido ayuda tras el terremoto de 9º en la escala de Richter y el tsunami. Hirohito, de hecho, fue quien autorizó al ejército eludir las restricciones del Derecho Internacional sobre el trato a los prisioneros chinos, en 1937.
Omitiendo incluso la resolución adoptada por la Sociedad de Naciones que condenaba el uso de gas tóxico, el emperador impulsó mediante órdenes específicas el uso de armas químicas conta los chinos.