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16 de Marzo de 2011

Intentos desesperados para evitar que Fukushima se escape de todo control

Los responsables de la central japonesa de Fukushima trabajan hoy por evitar que escapen a su control los seis reactores, si bien fotografías de los números 3 y 4 muestran importantes destrozos, en un intento de evitar una tragedia nuclear.

Por Andrea Medina
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Los responsables de la central japonesa de Fukushima trabajan hoy por evitar que escapen a su control los seis reactores, si bien fotografías de los números 3 y 4 muestran importantes destrozos, en un intento de evitar una tragedia nuclear.

Mientras, las autoridades elevaron a 12.000 las víctimas del terremoto de 9 grados y el posterior tsunami, y el emperador Akihito se mostró “profundamente preocupado” por la situación y pidió solidaridad a los japoneses, en el primer mensaje televisado a la nación en sus 22 años de reinado.

El ministro portavoz japonés, Yukio Edano aseguró en rueda de prensa que el nivel de radiactividad registrado, hasta ahora, en un radio de entre 20 y 30 kilómetros de la central, donde se ha pedido a los residentes que permanezcan en casa con las ventanas cerradas, no supone “un riesgo inmediato para la salud”.

Ante las dificultades para inyectar agua marina en el reactor 3 desde la propia central por el alto nivel de radiación, un helicóptero de las Fuerzas de Auto Defensa (Ejército) partió hoy desde la vecina ciudad de Sendai para arrojarla desde el aire.

Sin embargo, los elevados niveles de radiactividad detectados en esa zona llevaron en el último momento a abortar el intento, según la televisión nacional NHK, que citó fuentes del Ministerio de Defensa.

Según la agencia local Kyodo, se teme que el reactor haya liberado vapor radiactivo debido a daños en su sistema de contención.

De este reactor salieron esta mañana columnas de humo blanco, que, según Edano, es vapor procedente de la piscina donde se almacenan barras de combustible atómico ya utilizadas.

El edificio que alberga ese reactor quedó dañado el lunes a causa de una explosión de hidrógeno y ayer se detectaron altos niveles de radiación en sus inmediaciones.

La elevada radiación llevó a evacuar a la mayoría de los 800 trabajadores de la central, donde quedaron solo cerca de medio centenar, que hoy tuvieron que abandonarla temporalmente a causa de una nueva subida de la radiactividad.

Algunos medios apuntan a que los empleados podrían haber regresado a las instalaciones, aunque por el momento el Gobierno no lo ha confirmado.

Por otra parte, el reactor número 4 registró hoy un incendio y la empresa operadora, Tokyo Electric Power (TEPCO), publicó una fotografía del edificio en la que se ve que una gran porción de la pared exterior se ha caído.

En el cuarto piso hay un agujero de ocho metros de diámetro y se puede ver el interior a través del boquete, causado ayer por otro incendio.

En los reactores 1 y 2 las barras de combustible atómico también han quedado total o parcialmente dañadas.

El reactor 5, apagado al igual que el 6 pero en el que también hay problemas, el nivel del agua continúa bajando.

Dicho nivel había descendido 40 centímetros entre las 07.00 y las 12.00 GMT del día 15 de marzo, quedando a 201 centímetros por encima del carburante, comunicaron las autoridades.

Funcionarios en la planta estaban pensando en usar un generador de diesel en funciones en el reactor 6 para suministrar agua al reactor 5.

La alocución del emperador Akihito, de 77 años, difundida por la cadena de televisión pública NHK, es una muestra más de la gravedad de la crisis que vive Japón, la peor desde el final de la II Guerra Mundial.

Akihito visiblemente apesadumbrado dijo que “un terremoto de 9 grados nunca había ocurrido en Japón” y añadió: “rezo para que se salve el mayor número posible” de personas.

El emperador pidió al pueblo nipón que no se dé por vencido en este momento de crisis “cuidándose los unos a los otros”.

Las autoridades niponas elevaron hoy a 3.771 la cifra de muertos y a 8.181 la de desaparecidos, si bien el balance final de víctimas puede aumentar todavía en algunos municipios de las provincias más afectadas, como Iwate, Miyagi y Fukushima, donde miles de personas siguen sin ser localizadas.

Unos 100.000 militares japoneses, ayudados por voluntarios extranjeros especialistas en salvamento, peinan la zona devastada donde ya han sido rescatados unos 26.000 supervivientes.

Casi 80.000 edificios y viviendas fueron destruidos y más de medio millón de evacuados vive en unos 2.500 refugios temporales, muchos de los cuales no tienen agua potable o electricidad.

Los equipos de rescate luchan contra las constantes réplicas.

Un terremoto de 6 grados de magnitud en la escala de Richter sacudió hoy a las 12.52 hora local (3.52 GMT) la costa oriental de Chiba y se sintió con claridad en la vecina Tokio.

Anoche, otro sismo de 6 grados se produjo al suroeste de Tokio, con epicentro localizado en la provincia de Shizuoka, y también se sintió en la capital japonesa.

Desde el terremoto de 9 grados del pasado viernes se han registrado ya más de 200 réplicas.

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