"¿Por qué los jóvenes se alejan de Piñera?", por A.Azócar y A. Scherman
En la suerte de Montaña Rusa que se ha transformado la aprobación presidencial de Sebastián Piñera, el grupo que más se destaca por su volatilidad es el de los jóvenes entre 18 y 29 años.
En la suerte de Montaña Rusa que se ha transformado la aprobación presidencial de Sebastián Piñera, el grupo que más se destaca por su volatilidad es el de los jóvenes entre 18 y 29 años. Si en la encuesta Adimark de octubre, tras el rescate de los mineros, el apoyo al Presidente vivió una verdadera explosión en este grupo –hasta llegar casi al 70% y superar ampliamente a otros segmentos de la población-, en octubre la caída se dejó sentir con fuerza: 16% en sólo 30 días. Y a pesar de que un 52% de este segmento aún lo respalda, el golpe es duro.
¿Qué hay detrás este brusco movimiento? ¿Qué explica esta variabilidad en que los jóvenes no terminan de decidir su grado de cercanía con Piñera?
De acuerdo a los resultados de la encuesta de Jóvenes y Participación 2010 (Feedback-UDP), el grupo entre 18 y 24 años se caracteriza por su gran despolitización y desconfianza en las autoridades: 81% no está inscrito en los registros electorales y sólo 8,8% participó en alguna actividad vinculada con la campaña de la última elección presidencial. Además, existe entre ellos una percepción generalizada de que sus acciones tienen escasa influencia sobre las decisiones políticas que se toman en el país.
En términos de posiciones políticas predominan las de centro y los que ni siquiera se autoclasifican en el eje derecha-izquierda. De hecho, sólo 35% se siente identificado (aunque sea lejanamente) con alguna coalición política.
El cuadro lo cierra una bajísima confianza en las autoridades: 82% confía poco o nada en los parlamentarios de su distrito; 89,3% responde lo mismo respecto a los partidos políticos; lo que contrasta con los buenos resultados que obtienen instituciones como los medios de comunicación o Carabineros.
Primer escenario: Bielsa
La primera idea sobre los 16 puntos que perdió el Presidente en la encuesta Adimark apunta al factor ANFP y para ser más claros, a la partida de Bielsa. Tal como lo dijo Roberto Méndez, fundamentalmente el voto castigo está más acentuado en hombres de sectores bajos, principalmente, D.
Es un hecho que la gran distancia que tienen los jóvenes con la política y la desconfianza hacia las instituciones tiene un correlato en otros intereses como el fútbol. Es decir, la selección, para un grupo importante de jóvenes, es mucho más relevante que la política.
En los estudios que han analizado las barras bravas en Chile, el promedio de edad de sus miembros no supera los 22 años y, en general, son jóvenes que reemplazan a los partidos políticos por sus equipos. Y aunque el Gobierno insista que no intervino en la elección de la ANFP, la sensación ambiente es que sí lo hizo. Algunas encuestas publicadas en la prensa muestran este factor. Bielsa representa el éxito y el triunfo para una población en la que no abundan esas experiencias.
Segundo escenario: Delincuencia
La encuesta Adimark muestra un descenso paulatino en el apoyo al Presidente frente a la delincuencia, quien cierra noviembre con sólo un 37% de respaldo en esta materia. La delincuencia es uno de los temas de mayor interés de la población ya por muchos años.
Entre los jóvenes entre18 y 29 años es la drogadicción la que encabeza la lista, tema estrechamente ligado a la delincuencia. Y a pesar de que en todos los sectores sociales se le menciona como primera opción, es en los sectores bajos en donde alcanza un 42%, seguida de la cesantía con 20% y la falta de oportunidades para estudiar con un 16%.
Si además se considera que Sebastián Piñera apuntaló su campaña con la promesa de terminar con este flagelo (el fin de la puerta giratoria llegó a ser casi un paradigma), es fácil entender que la decepción de los jóvenes sobre este punto sea alta y que una vez frustradas las expectativas castiguen al gobierno.
Tercer escenario: Se pierde el rescate
Los jóvenes tienen una agenda paralela. No sólo no confían (o poco) en las instituciones políticas, sino que además están más concentrados en temas que probablemente no son prioridad para un gobierno que debe ocuparse de los votantes activos.
Después del rescate de los mineros, la agenda volvió a estar dominada por los mismos temas tradicionales que en general generan apatía y distancia entre los jóvenes. Sin duda, la falta de épica los devolvió al comienzo. Golborne, alejado de la guerrilla política cotidiana capitaliza, Piñera no.
Andrés Azócar es Director de la Escuela de Periodismo de la Universidad Diego Portales.
Andrés Scherman es Investigador de la Escuela de Periodismo de la Universidad Diego Portales.