Rescatista del 11-S: “Tengo derecho a sentirme contento”
Vía La Hora
George Contreras (40) es un profesor, paramédico y rescatista estadounidense que presenció de cerca el atentado del 11-S. Ese día vio a metros suyo aviones estrellarse, las torres caer, el pánico de la gente y la muerte de tres mil compatriotas.
Vía La Hora
George Contreras (40) es un profesor, paramédico y rescatista estadounidense que presenció de cerca el atentado del 11-S. Ese día vio a metros suyo aviones estrellarse, las torres caer, el pánico de la gente y la muerte de tres mil compatriotas.
Se enteró en Santiago de la muerte de Osama Bin Laden, ya que estuvo de visita en el país compartiendo su experiencia en rescate con otros especialistas en la Universidad Autónoma de Chile. Lo primero que sintió al conocer la noticia fue alegría. Cree que la muerte de Osama es una cura para quienes hace diez años vieron morir a sus seres queridos en el atentado, como le sucedió a él. “Tengo derecho a sentirme contento; perdí muchos compañeros en el atentado a las Torres Gemelas”, señala.
– ¿Qué sientes con la muerte de Osama?
– Para quienes perdieron familiares es una pequeña manera de dar clausura a la pérdida de sus seres queridos. Una parte de mí se siente contento. Pese a que se diga que no se debe sentir alegría cuando se muere alguien, creo que tengo el derecho por todo lo que pasó.
– ¿Y se sienten más seguros con su muerte?
– Son sentimientos encontrados. Más que seguros sentimos satisfacción, pero al mismo tiempo está el peligro de que Al Qaeda vengue la muerte de su líder. La amenaza continúa.
– Bin Laden estuvo detrás de los ataques del 11 septiembre, ¿cómo viviste ese día?
– Yo estaba trabajando en un hospital cercano a las Torres Gemelas. De repente vimos fuego y pensamos que era simplemente un accidente. Cuando el segundo avión se estrelló, caímos en la cuenta que se trataba de un atentado terrorista.
– ¿Qué hiciste entonces?
– Junto a otras personas y policías buscamos refugio en un edificio del frente pero estuvimos por horas atrapados, el polvo no dejaba ver nada. Finalmente, salimos por un subterráneo y pude volver a las labores de rescate.
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