“Dónde estaban los periodistas”, por Débora Calderón

Por cómo se sucedieron las cosas, creo
que no me equivoco en pensar que este domingo 1 de mayo (un fomingo
más marcado que lo común), los canales y portales de los
principales medios nacionales decidieron dar feriado a gran parte de
su personal. Con una agenda poco noticiosa, nada podía prever
que a las 12 de la noche, el presidente de Estados Unidos Barack
Obama, anunciara la muerte del enemigo número uno de esa nación:
Osama Bin Laden.

Minutos antes, con la televisión
sintonizando Tolerancia Cero y el Twitter abierto,
comenzaron las primeras especulaciones sobre el aviso de Obama.
Algo no calzaba en toda esta historia: en primer lugar porque el
mandatario no suele dar avisos de improviso y menos a esa hora de la
noche.

Por esas ventajas que dan el tener un
timeline bien armado, un periodista que sigo, y que se encuentra
residiendo en Estados Unidos, posteó que se venía un aviso y más
encima de seguridad nacional: Era imposible no seguir revisando
más posteos. Los rumores comenzaron a los pocos minutos en las redes
pero en nuestra televisión nacional, nada que confirmara lo que se
veía venir.

Los canales de noticias seguían en
blanco, o por falta de personal en un día domingo o por confiar
que el día del trabajo sigue teniendo las mismas noticias desde hace
unos 20 años: una CUT cada vez menos empoderada y una respuesta del
oficialismo con promesas que esperamos ver cumplidas eventualmente.

De pronto, los rumores comenzaron a
tener cada vez más coherencia en las redes. Logré confirmar la
información que se venía con usuarios confiables y me atrevo a
tipear mis 140 caracteres: Osama Bin Laden, el terrorista más
buscado del mundo, había sido atrapado y muerto en una operación de
inteligencia. Producto del estado de alerta y la adrenalina, me
voy dando cuenta que he golpeado con la información a gran parte de
mis seguidores.

La bola de nieve ya estaba echada y
en cosa de minutos la noticia comenzó a propagarse por el mundo
entero. Mientras twitter y otras redes sociales hervían de
datos, información cruzada, confirmaciones y más, la televisión
chilena languidecía en su nula capacidad de reacción. Ni TVN,
Mega, CHV o Canal 13 daban cuenta de nada de lo sucedido.

En el cable, canal 24hrs y CNN Chile
se colgaban de sus satélites y tímidamente comenzaban a reportar,
a la espera de rostros para canalizar la información. Los demás,
nada.

Es casi impresentable que,
después de haber dado una semana de los minutos más valiosos de los
principales noticieros del país, nuestros reporteros, sus
editores y hasta los dueños de los canales de nuestro país, no
hayan estado a la altura de la noticia más esperada por el mundo
desde el día en que el atentado de Osama contra las torres gemelas
marcaría un antes y un después de la historia.

Excusas pueden haber muchas, pero me
alegro de decir que fuimos una vez más quienes estamos al día en
las redes los que nos adelantamos a los medios tradicionales. Una
vez más los que generamos la alerta, sin temor (o vergüenza) a
tener que retractarse en caso de que los rumores no hubiesen llegado
a nada.

El evento sorpresa es el que, al
parecer, nos deja sin respuesta. Podría recitar las notas que se
vienen para el día de la Madre o los preparativos de las fondas en
septiembre (los que quedaron contentos y los alegones de siempre),
pero una bomba noticiosa como ésta, al parecer, no tiene cabida
ni capacidad de respuesta en los equipos de prensa de nuestra tele
local.

¿Quién se hace cargo de la
actualidad? ¿Dónde están los periodistas?

Débora Calderón Kohon estudió periodismo en la Universidad Católica. La vida la llevó temprano al mundo de los negocios y el retail, pero las ganas de escribir nunca desaparecieron. Hoy es columnista estable de la Revista Poder y Negocios y Mosso, y una activa participante en redes sociales.